La participación activa de los ciudadanos es uno de los pilares fundamentales de una República, sin embargo en Guatemala muchos ciudadanos nos hemos conformado con participar cada cuatro años, el dí­a de las elecciones.

Para construir y sostener una República es necesario que la participación ciudadana sea constante, no de cada cuatro años sino de todos los dí­as. Nuestra Constitución Polí­tica en su tí­tulo relativo a los Derechos Humanos guarda un capí­tulo especí­fico en el que nos hace énfasis acerca de los deberes y derechos cí­vicos y polí­ticos. Nos menciona cuestiones que van desde lo general como servir y defender a la patria u obedecer las leyes, hasta otras más especí­ficas como optar a cargos públicos y participar en actividades polí­ticas, entre otras.

Estos deberes y derechos no están ahí­ por casualidad, tienen su razón de ser en cuanto a que en la medida en que los ciudadanos los cumplamos y ejerzamos, la República se mantendrá vigente y los gobernantes velarán por el cumplimiento del deber del Estado de garantizarle a todos sus habitantes la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral. Pero si los ciudadanos no hacemos nuestra parte, el sistema de gobierno no podrá mantenerse y se transformará en algo desordenado que no garantice nada más que el caos

Nuestra apatí­a e indiferencia nos han llevado a vivir en caos haciéndonos ver la situación como algo normal, dejando que nos conformemos con un futuro casi sin esperanza y permitiendo que el paí­s se hunda en problemas como la pobreza, la violencia y la corrupción. Aun así­, se nos hace muy difí­cil movernos de donde estamos y nos quedamos en nuestra comodidad haciéndonos creer que con el trabajo del dí­a a dí­a ya hacemos nuestra parte. Pero no es así­, ni debe serlo, no es suficiente puesto que vivir en una República requiere de esfuerzo de parte de cada uno de los ciudadanos. Depende únicamente de nuestra participación constante que Guatemala paí­s progrese o se quede estancada en la miseria.

Estos dí­as, finalizado el proceso electoral, son propicios para que los ciudadanos reflexionemos y nos propongamos ir más allá, participar aunque nadie nos manche el dedo para demostrar que ya lo hicimos. Estos son momentos para involucrarnos, proponer y dejar de quejarnos de nuestros males. Estos son momentos para vigilar que quienes han sido electos cumplan con sus promesas y con cada una de sus funciones. La tarea es ardua, para vencer la apatí­a debemos empezar a pensar como ciudadanos y no como unos simples habitantes, debemos de cumplir con nuestros deberes y ejercer nuestros derechos todos los dí­as.

La decisión de participar es impostergable, depende de cada uno de nosotros decidir libremente en dónde y cómo quiere participar y cuánta responsabilidad se está dispuesto a cargar sobre los hombros. En el Movimiento Cí­vico Nacional (MCN) nos hemos lanzado a la aventura de invitar a más ciudadanos a involucrarse en el monitoreo de los diputados al Congreso de la República para la siguiente legislatura y para ello estamos desarrollando el Programa de Monitores Cí­vicos. La próxima semana le estaré contando más detalles acerca del Programa como una opción para participar. Mientras tanto, le dejo nuevamente una pregunta de reflexión personal para iniciar la semana laboral ¿Estoy dispuesto a cumplir mis deberes, ejercer mis derechos y ser parte de la construcción de la República aunque esto requiera un esfuerzo extraordinario de mi parte?