El Consejo de la Federación, la Cámara alta del Parlamento ruso aprobó, hoy, una petición del presidente Vladimir Putin para intervenir militarmente en la península ucraniana de Crimea.
Putin alegó que la «situación excepcional» en Crimea impone la necesidad de proteger a los ciudadanos rusos y a las fuerzas armadas destacadas en la península, según informó la agencia de noticias Interfax citando a la administración del Kremlin.
El presidente ruso explicó en su petición que la acción militar en Crimea durará el tiempo que sea necesario «hasta la normalización de la situación sociopolítica en ese país».
El Consejo de la Federación se pronunció a favor de la intervención «para evitar el derramamiento de sangre» y se reunió después para debatir los detalles de la intervención y su votación formal. Por el momento se desconoce el número de efectivos que participarían.
Rusia tiene desplegada su flota del Mar Negro en Sebastopol, en Crimea. El permiso de una intervención podría referirse a ese contingente, aunque no se conocen los detalles. Las autoridades ucranianas señalaron que 2.000 soldados rusos llegaron a Crimea, aunque no hay confirmación de esa información.
Poco antes, la presidenta del Consejo de la Federación, Valentina Matviyenko, había señalado que su cámara permitía la posibilidad de una intervención de las fuerzas armadas para proteger a los ciudadanos y la flota rusa en el Mar Negro, conforme a la doctrina militar rusa vigente desde 2010.
También Serguei Naryshkin, presidente de la Duma estatal, la Cámara baja del Parlamento ruso, y el jefe de gobierno de Crimea, Serguei Aksionov, habían pedido ayuda a Putin.
Se necesitan medidas para la estabilización de la situación en Crimea, dijo poco antes Naryshkin, según Interfax. «Los diputados llaman al presidente (…) a proporcionar todos los medios a disposición para proteger a la población de Crimea de la arbitrariedad y la violencia», añadió.
Aksionov tomó mientras tanto además el control total de las fuerzas en Crimea. «Todos los comandantes deben seguir mis órdenes y decretos. A todos los que no estén de acuerdo les pido que dejen el servicio», advirtió. Antes había acusado al gobierno central de Kiev de violar la Constitución de la República Autónoma de Crimea al nombrar a un nuevo jefe de la policía sin una consulta previa.
La situación en la República Autónoma de Crimea es controlable. «Los grupos están cooperando», señaló Aksionov.
Aksionov adelantó además al 30 de marzo el referéndum sobre el futuro de la República Autónoma, originalmente programado para el 25 de mayo, alegando el deterioro de la situación en la península. Sin embargo, la fecha definitiva dependerá del desarrollo de los acontecimientos, señaló.
Poco antes del anuncio de Putin, el gobierno de Aksionov y la flota rusa del Mar Negro estacionada en la península ucraniana anunciaron un acuerdo de cooperación en el mantenimiento del orden público, informó la agencia de noticias Itar-Tass.
Rusia había denunciado que hombres armados «enviados por Kiev» intentaron en la noche del viernes tomar el Ministerio del Interior en la capital de Crimea. Las fuerzas ucranianas fueron expulsadas, pero hubo heridos, según dijo el Ministerio ruso del Exterior en un comunicado.
Mientras, en Kiev, el primer ministro ucraniano de transición, Arseni Yatseniuk, exigía a Rusia la retirada de sus tropas de la península de Crimea, al considerar su presencia «inaceptable» e «ilegal».
Por esto, «exigimos al gobierno de la Federación Rusa y a las autoridades que retiren sus fuerzas armadas y las alojen en las bases militares previstas», dijo el jefe de gobierno ucraniano. Ucrania, aseguró Yatseniuk, no responderá con violencia a las provocaciones, dijo antes de conocer la declaración de Putin.
Mientras tanto en varias regiones rusoparlantes se produjeron hoy protestas contra el nuevo gobierno en Kiev. En Járkov fuerzas prorrusas ocuparon la sede del gobierno regional, expulsaron a las fuerzas leales al gobierno central e izaron la bandera de Rusia y la de la ciudad, sin que interviniera la policía. Las reacciones no se hicieron esperar: la canciller alemana, Angela Merkel, insistió en la necesidad de respetar la integridad territorial de Ucrania, mientras señaló el «peligro» del desarrollo de los acontecimientos en las últimas horas. También Francia se mostró «extraordinariamente preocupada» por los movimientos de las tropas observados en Crimea, dijo el ministro de Exteriores, Laurent Fabius.
El jefe de la diplomacia británica, William Hague, habló por teléfono con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, para pedir una relajación de la situación y respeto a la soberanía e independencia de Ucrania, escribió hoy en su cuenta de Twitter. Además viajará mañana domingo a Kiev para hablar con el gobierno de transición.
El gobierno de Polonia exigió hoy «el cese de los provocadores movimientos de tropas en la península de Crimea», así como la preservación de la unidad territorial de Ucrania y advirtió de consecuencias irreversibles para el orden internacional. El ministro de Exteriores búlgaro, Kristian Wigenin, llamó también a un retorno de la seguridad y orden al país y por el mantenimiento de su integridad territorial.
La península de Crimea está habitada sobre todo por habitantes de etnia rusa pero también por tártaros, un grupo étnico turco deportado a la fuerza bajo la dictadura de Joseph Stalin y que hoy en día supone en torno al 12 por ciento de la población de casi dos millones de habitantes. 200.000 búlgaros étnicos viven también en Crimea.
La península fue otorgada a Ucrania por el líder soviético Nikita Khrushchev en 1954 pero culturalmente no está muy vinculada a la ex república soviética.