Parí­s inspira a Prince


Al cantante estadounidense Prince le gusta Parí­s, ciudad que le parece «erótica» e «inspiradora», según dijo el lunes en un encuentro con periodistas, un dí­a después de sus conciertos en el Grand Palais, a dos pasos de los Campos Elí­seos.


«Parí­s es una ciudad erótica, que me inspira mucho. El público parisiense es extraordinario. Te da mucho amor. Y es muy respetuoso. Pedimos que nadie utilizara sus teléfonos portátiles para filmar y la gente cumplió, contrariamente a los estadounidenses, que están obsesionados con la tecnologí­a», declaró el artista.

«Actué durante 21 noches en Londres (en 2007) y la reacción del público fue tan poderosa que necesitaba algo mejor, más grande. Cuando vi el desfile de Chanel el martes en el Grand Palais, y vi a Karl Lagerfeld salir aclamado, sentí­ celos. Por eso, a última hora decidí­ cantar aquí­. Tengo músicos de una gran frescura, capaces de seguirme en el último minuto», precisó Prince para explicar por qué habí­a actuado en este edificio de exposiciones que data del siglo XIX.

«Gozo ahora de total libertad artí­stica. Este es el momento que esperaba. Todas las opciones están abiertas. Valí­a la pena combatir, luchar. Aconsejo a todos los artistas hacer lo mismo, si tienen la posibilidad», dijo.

«Es una música verdaderamente libre. Eso no significa que usted no pague para tenerla, eso significa simplemente que no hay una figura autoritaria que venga a decirle a uno lo que supuestamente tiene que hacer», dijo, al comentar su libertad artí­stica.

«Internet es un instrumento. Es casi una lástima que me haya vuelto tan dotado para hacer discos porque esta manera de hacer música está muriendo. Entonces, hasta que no ocurra nada nuevo y no haya leyes y restricciones sobre la manera en que internet es utilizado y los recursos compartidos, me limitaré a la escena y haré discos de vez en cuando», añadió.

«Cuando estoy en escena tengo la impresión de estar soñando, y a veces no quiero volver a dormir porque mis sueños no son tan buenos como la realidad. Soy un hombre feliz. Nunca lo he sido tanto», dijo.

«No pienso volver a cambiar de nombre. El mí­o me gusta. Me parece que me va bien», recalcó.

«Si uno es capaz de describir lo que es ser funky es que usted no es funky», concluyó.