Los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, regresaron a Gran Bretaña ayer luego de seducir a los californianos, desde estrellas de Hollywood hasta niños de un barrio pobre, con su mezcla de informalidad juvenil y elegante glamour.
LOS ANGELES / Agencia AP
La ajustada agenda del fin de semana, que incluyó un partido de polo, encuentros con estrellas y conversaciones con niños pobres y veteranos de guerra sin empleo, coronó el primer viaje oficial al exterior de la pareja desde su boda de cuento de hadas en abril.
Antes de llegar al sur de California, Guillermo y Catalina visitaron Canadá durante nueve días, donde recibieron una acogida entusiasta.
En California, el entusiasmo fue bastante menor, aunque pequeñas multitudes se congregaron en los lugares previstos para saludarlos agitando banderas de los dos países.
El duque agradeció la cordial acogida.
«Quiero decir en nombre de los dos que agradecemos la cálida bienvenida que nos han dispensado en California y en Los Angeles», dijo en el último evento, una feria de empleo para veteranos de guerra. «Muchas gracias a todos».
El viaje siguió una agenda estricta, pero hubo momentos de improvisación, para deleite de los admiradores de la pareja. Ayer por la mañana ambos salieron a estrechar manos e intercambiar saludos con la gente reunida frente a la residencia del cónsul británico en Los íngeles.
El viaje por California concluyó con una visita a una academia de artes en el barrio pobre de Skid Row, en Los íngeles.
El duque y la duquesa de Cambridge fueron recibidos por seis pequeños en la academia de artes Inner City Arts, que atiende a niños de escasos recursos, en su mayoría hispanos. Los chicos sostenían un letrero de bienvenida mientras que unas 150 personas reunidas afuera de la escuela los ovacionaban y los veían, algunas de las cuales tenían banderas británicas y estadounidenses.
Catalina llevaba puesto un suéter azul marino de manga corta y una falda blanca con tableado, ambos de la marca británica Whistles.
Cynthia Harnisch, presidenta y directora general de la academia, charló con la pareja sobre Skid Row y los retos por la pobreza que enfrentan muchos de los estudiantes.
El príncipe y la duquesa fueron acompañados a un estudio de artes plásticas donde les dieron un mandil y los sentaron a pintar.
Después, un grupo de bailarines adolescentes les presentó varios números y la pareja pareció disfrutarlos.
La integrante del grupo de danza Iliana Samaniego, de 15 años, dijo que le encantó cuando Guillermo levantó sus pulgares en señal de aprobación y les dijo que su presentación había sido «brillante».
«Simplemente ver la sonrisa de Catalina fue genial», dijo Samaniego.