La selección paraguaya de fútbol se impuso 1-0 a su similar mexicana ayer en partido amistoso celebrado en el Estadio Azteca de la Ciudad de México.
Al minuto 89, Oscar ’Tacuara’ Cardozo, que había ingresado en el segundo tiempo, fue el autor del gol con el que los albirrojos tomaron revancha del once azteca, que perdió por segunda ocasión con Hugo Sánchez en el banquillo.
El primer tiempo fue para olvidar. Escasearon las emociones. Faltó fluidez a las acciones y cerca del descanso comenzaron a abundar los roces físicos al grado de que el árbitro uruguayo Jorge Larrionda despachó cuatro tarjetas amarillas.
Para la segunda mitad, ante la exigencia de la afición, Hugo Sánchez echó mano de sus hombres más talentosos, Cuauhtémoc Blanco y Nery Castillo, pero el combinado local, a pesar de mejorar, fue incapaz de doblegar a los pupilos de Gerardo Martino, que se llevaron el triunfo al capitalizar un descuido defensivo en las postrimerías del partido.
Tedioso resultó el inicio, tanto que desató las silbatinas del público que tuvo que aguardar veinte minutos para que México se plantara por primera vez en el área de Paraguay.
Andrés Guardado encaró a la zaga e ingresó al área por la banda izquierda, trazó un pase al centro donde apareció una pierna guaraní para evitar que Omar Bravo lograra el remate.
Al minuto 21, el equipo visitante generó la primera llegada franca de peligro cuando Dante López bajó una pelota en el área con un sombrerito y eludió a Carlos Salcido; el paraguayo se perfiló pero definió a un lado de la portería.
Guardado volvió a penetrar por su parcela, pero la defensa despejó su trazo de nueva cuenta.
La recta final del primer tiempo no ofreció emociones, apenas tiros desviados de Guardado y de Edgar Barreto.
Lo más trascendente del lapso inicial fue la salida del partido de Darío Verón, quien quedó conmocionado por un choque de cabezas accidental con su compañero Paulo Da Silva.
En el arranque de la parte complementaria, México encontró las primeras oportunidades claras y exigió por fin la intervención del portero guaraní, Justo Villar, en un disparo de Fernando Arce desde los linderos del área.
Al minuto 55, el grito de gol quedó ahogado en la afición en un remate de Omar Bravo que fue a dar al poste izquierdo.
Luego le tocó a Cuauhtémoc Blanco generar la esperanza en el cobro de un tiro libre, pero su envío salió encima del horizontal.
Cuando parecía que el empate era inevitable, Nelson Cuevas sirvió para Cardozo, que con un tiro cruzado colocó la pelota cerca del ángulo inferior derecho de la cabaña de Oswaldo Sánchez, que no pudo evitar el 1-0.
Al término del partido se desató un conato de bronca cuando Blanco encaró al portero Villar ya que éste le había propinado un balonazo.