Paraguay: advierten al partido oficial


Lugo saluda a simpatizantes en Asunción.

El ex obispo católico Fernando Lugo, eventual candidato opositor a la presidencia en Paraguay, advirtió ayer en un discurso que los oficialistas del Partido Colorado, en el poder desde hace 60 años, comenzarán a dar coletazos porque se aproxima su fin en 2008.


«Debemos estar vigilantes porque vendrán tiempos difí­ciles porque el pasado corrupto del Paraguay está por terminar. Los dueños del poder estarán dando coletazos para mantener este estado de cosas», dijo Lugo en un mitin, ante una multitud, frente a la sede del Congreso.

El ex religioso aglutinó ayer a un espectro de partidos polí­ticos de derecha e izquierda descontentos con el gobierno del presidente Nicanor Duarte al que con estribillos gritaron «Nicanor mentiroso» y de manipular la justicia.

«El rey David viene a desafiar al gran Goliat del Partido Colorado. David es el elegido de Dios para derrotar a los filisteos colorados», rezó una pancarta que resumió la atracción del público hacia el nuevo lí­der que presenta la oposición para enfrentar al oficialismo.

Lugo tuvo el apoyo del partido Unase, perteneciente a Lino Oviedo, preso polí­tico del gobierno en la cárcel militar Viñas Cué, desde hace tres años, acusado por el régimen de una supuesta intentona golpista en 1996.

El ex obispo es el más popular en las encuestas con miras a las elecciones presidenciales de 2008.

En su mensaje, que reprisó un acto realizado hace exactamente un año para reclamar la renuncia de cinco ministros oficialistas de la Corte, «sojuzgados al Ejecutivo», Lugo hizo un llamado a pobres y a ricos que desean un orden en Paraguay «a sumar y construir» para apoyar a su proyecto polí­tico.

El ex obispo fue duramente censurado por el Vaticano por haber renunciado a su ministerio en diciembre pasado y le advirtió que podrí­a recibir una fuerte sanción por inmiscuirse en polí­tica.

Los oficialistas colorados anunciaron que impugnarán su candidatura en base a la censura vaticana si bien la constitución paraguaya establece que si un religioso renuncia a su ministerio está habilitado para ejercer sus derechos polí­ticos.