«Ya me cansé de llevar tus lágrimas conmigo. Ahora quiero caminar contigo, relampagueante. Acompañarte en tu jornada, porque soy un hombre del pueblo, nacido en octubre para la faz del mundo.
Ay, patria, a los coroneles que orinan tus muros tenemos que arrancarlos de raíces, colgarlos en un árbol de rocío agudo, violento de cóleras del pueblo. Por ello pido que caminemos juntos. Siempre con los campesinos agrarios y los obreros sindicales, con el que tenga un corazón para quererte.
Vámonos patria a caminar, yo te acompaño».
(Otto René Castillo)
64 Aniversario de la Revolución. En Guatemala la gesta de los revolucionarios que triunfó el 20 de octubre de 1944, es en la historia del Siglo XX el acontecimiento de mayor impacto ocurrido en el país, después de la gesta independentista, sobre todo por las profundas transformaciones económicas, sociales, políticas y culturales que implantó. La Revolución 1944-1954 impulsó históricos cambios estructurales desde la base hasta la superestructura que trascienden hasta hoy: Código de Trabajo y Seguridad Social. Entregó tierra a los campesinos mediante la reforma agraria. El programa revolucionario se distinguió por la inclusión de los excluidos y marginados, atender los problemas sociales, defender la soberanía y los intereses nacionales. Por eso, la Revolución del 20 de Octubre de 1944 y los presidentes Juan José Arévalo Bermejo y Jacobo Arbenz Guzmán son paradigmas en la historia republicana nacional.
Octubre es clavel rojo para recordar a Oliverio Castañeda de León, secretario general de la Asociación de Estudiantes Universitarios, ejecutado el 20 de Octubre de 1978 por esbirros de los aparatos de seguridad del Estado. Su ejecución se produjo en el marco de la política contrainsurgente aplicada por la dictadura militar durante la administración del general Romeo Lucas García. 30 años después del suceso, sus verdugos continúan impunes. Oliverio Castañeda de León representa lo mejor de la juventud guatemalteca, muerto a los 23 años de edad; es paradigma en la lucha revolucionaria de Guatemala.
El triunfo de la Revolución Bolchevique, el 24 de octubre de 1917, significó la conquista del poder por obreros, campesinos y soldados, marcó un hito en la historia del mundo, cambió el rumbo de la humanidad y pergeñó el modo de producción socialista. Este acontecimiento histórico que el profesor inglés Harold Laski calificó como «el más notable desde el nacimiento de Cristo», está relatado en forma veraz y objetiva por el periodista estadounidense John Reed, enterrado al pie de la muralla roja del Kremlin en su libro «Diez días que estremecieron al Mundo». La acción del pueblo ruso es un paradigma del siglo pasado.
Y en octubre de 1967 el guerrillero heroico, doctor Ernesto Guevara fue herido y capturado en combate por el ejército de Bolivia, más tarde fue cobardemente ejecutado por órdenes del gobierno estadounidense. Desde entonces, el Che es un icono revolucionario global y un paradigma del internacionalismo.
En homenaje a todos (as) los revolucionarios (as), cito fragmentos del poeta guerrillero Otto René Castillo (1936-1967), herido y capturado en combate, torturado y quemado vivo por miembros del ejército guatemalteco en la base militar de Zacapa. Junto con Otto René fue capturada Nora Paiz, quien también fue torturada y ejecutada en forma sumaria y extrajudicial.
«Octubre se llama la tierra repartida y el hombre de pie con la semilla. Octubre se llama el resplandor de las palomas. Octubre el niño y el obrero, el brazo popular desafiando al yanqui petrolero y el vuelo sin fin del alto corazón del compañero».