Para que amargarse


 Siempre que alguno quiere ganar notoriedad lo que hace es atacar a los que de alguna forma han triunfado y alcanzado reunir grandes capitales y los tienen invertidos en la banca, la industria y el comercio en Guatemala.

 Guillermo Castañeda Lee, CUI 1996 53836 1905

Hablan de 22 familias adineradas y pareciera que yo estoy relacionada con todas, pues en el Oriente de la República en tiempos de la Colonia  entre las familias que tení­an entre 50 y 200 caballerí­as encontramos a las siguientes personas:

A la familia de don Joseph de Paiz de Monteseros que en 1661 adquirió dos haciendas, la de Huité y la de San Vicente, una constituye el ahora municipio de Huité y la otra la aldea San Vicente.

La familia Castañeda que ocupaba toda la parte Occidental de Rí­o Hondo, estos ocupaban la finca El Trapiche que se formó de conjugar las fortunas de los Morales, los Ponce de León y los Castañeda.

La parte oriental de Rí­o Hondo lo tení­an los Orellana que provienen de los Morales y estas propiedades excedí­an las 200 caballerí­as.

Los Paz que adquirieron por medio de Juan Antonio de Paz en 1663 las tierras comprendidas entre San José Teculután y la población de Estanzuela que después se llamó Estancia Grande.

Los Chacón que inicialmente tuvieron la hacienda Teculután y la Palmilla después adquirieron La Puerta de San Diego que hoy es el municipio de San Diego de más o menos 80 caballerí­as, teniendo en total como unas 300 caballerí­as.

Las tierras en la Sierra de las Minas desde Usumatlán hasta San Agustí­n Acasaguastlán que eran de una rama de los Paiz, otra rama de los Chacón, los Mayorga y los Gonzales.

Ya para la época de la Independencia los propietarios considerados acaudalados eran un aproximado de 200, unos con más otros con menos, pero que aunque eran parientes no se reconocí­an como tales, o sea que de hecho eran 200 familias.

Que conste que solo les estoy contando lo que a mí­ me consta, pues en la región del municipio de Zacapa o sea la cabecera departamental habí­a muchos hacendados fuertes.

Si es cierto que solo 22 familias son las acomodadas todas han de ser de Zacapa y el resto del paí­s es de pelados, pues solo de la familia Cordón que también era hacendados, tengo registrados casi 40 mil descendientes, unos 20 millonarios y el resto medio pobres, medio pelados, pero allí­ vamos viviendo sin envidias y sin rencores.

Entre los herederos de todos los dueños originales de esas haciendas está mi padre, pero resulta que las ramas de las que él desciende no fueron muy buenos trabajadores de la tierra y las fueron perdiendo, al extremo que él era el nieto de los grandes hacendados por lo que él tení­a el dicho siguiente: «Hijo de rico será caballero, el nieto será pordiosero».

Lo que yo siempre he dicho es por qué voy a rabiar porque mis ramas no heredaron esas grandes extensiones y que otros sí­. Lo primero que se me ocurre es que los otros fueron mejores trabajadores.

Sin embargo no todos piensan de igual forma y viven amargados por que alguien tiene más que ellos, y esos otros viven amargados porque otros tienen más que ellos. Por eso escriben libros cargados de rencor que a la larga los convierte también miembros de la clase adinerada.