Para mejor o peor, los sitios de socialización invadieron Internet


Cientos de millones de internautas se entregaron en 2007 al frenesí­ de los sitios de socialización, como MySpace o Facebook, una forma lúdica de intercambio que ha resultado redituable pero también cuestionada por intromisión en la vida privada.


De las 10 palabras clave con más avance en el motor de búsqueda Google este año, siete son de sitios de socialización, entre los cuales el británico Badoo, el estadounidense Facebook y el canadiense Webkinz, un sitio para niños en el cual juegan con peluches virtuales y contactan «amigos».

Cediendo a las ganas de exponerse en una página personal, mirar la de otros y crearse una red de «amigos» que compartan sus gustos, más de 110 millones de internautas se inscribieron en MySpace y 55 millones en FaceBook, los dos sitios más concurridos del mundo, cuyos miembros aumentaron 30% y 100%, respectivamente.

Según la compañí­a especializada Comscore, los sitios de socialización recibieron 500 millones de visitantes, una cifra que debe tener en cuenta no obstante que un internauta utiliza en general más de un sitio.

El fenómeno afecta a todos los paí­ses, donde reinan no solamente los dos pesos pesados estadounidenses sino también cientos de sitios locales en pleno ascenso.

El sitio Mixi en Japón reivindica 8 millones de miembros, y xiaonei en China 6 millones. Sin olvidar Cyworld en Corea, con 18 millones de miembros, equivalente al 85% de sus internautas. Uno de cada cuatro estadounidenses utiliza MySpace.

Cada dí­a se crean nuevos sitios, apuntando a diferentes categorí­as, que van desde mujeres que trabajan hasta los fans de Jamiroquai, pasando por los retirados de la generación del «baby-boom».

Pero 2007 ha visto una multiplicación de usos cada vez más invasivos.

«Utilizo Facebook para ser ’voyeur’», reconoce Caroline, una joven francesa que vive en Nueva York. «Miro lo que hacen mis amigos (en Facebook todos los cambios de una página de una persona son comunicados a todos los «amigos») e incluso encontré una foto de mi marido pasándola de miedo en una fiesta, puesta en Internet por uno de sus compañeros».

«Bloqueé todos los accesos, no quiero que se escriban tonterí­as en mi página cuando busco un trabajo», opinó por su parte Daphné, otra francesa en Nueva York que, como sus amigas, se sintió tentada por esta forma lúdica de cháchara.

Pero varios casos saltaron recientemente a la luz pública en Estados Unidos, subrayando el exceso de esta moda que para los expertos marca una nueva etapa de la Internet mundial.

MySpace y Facebook también atrajeron a numerosos acosadores sexuales. Por ejemplo, una madre se inscribió en MySpace con el perfil de un adolescente y acosó a través del sitio a una amiga de su hija, una joven de 13 años que finalmente se ahorcó. El caso saltó a los titulares de los medios.

En otra derivación del fenómeno, Facebook -deseoso de capitalizar su éxito- se vinculó a decenas de empresas, permitiéndoles detectar en directo las compras de los miembros de Facebook y comunicar estas informaciones a todos sus «amigos». Una avalancha de protestas finalmente obligó a la página a limitar este sistema.

Algunos Estados estadounidenses pidieron a los sitios que controlaran la edad de sus miembros, y la Comisión Europea manifestó su preocupación por su intrusión en la vida privada.

Pese a ello, el crecimiento de los sitios de socialización continúa: el mundo ha visto solo «la punta del iceberg», aseguró el responsable del desarrollo de MySpace Amit Kapur, que cree que se trata de «la evolución natural de la Web».

Los sitios de socialización participan en efecto de un Internet personalizado, una modalidad que ilustran también los sitios donde los internautas califican a su médico, su escuela o sus restaurantes, muy populares en Estados Unidos.

El frenesí­ de las «redes sociales» ganó también las esferas financieras: el grupo Microsoft compró recientemente 1,6% de Facebook por 240 millones de dólares. A ese precio el sitio, que todaví­a no gana dinero, vale 15.000 millones de dólares, casi tanto como General Motors.

Es casi 30 veces el valor al cual fue comprado el sitio MySpace en 2005 por News Corp. Datos que a algunos hacen temer una nueva burbuja… y su natural estallido.

«Miro lo que hacen mis amigos (en Facebook todos los cambios de una página de una persona son comunicados a todos los «amigos») e incluso encontré una foto de mi marido pasándola de miedo en una fiesta, puesta en Internet por uno de sus compañeros.»

«Bloqueé todos los accesos, no quiero que se escriban tonterí­as en mi página cuando busco un trabajo.» Testimonio.