Para iniciar la semana con amagos de sonrisas


Afronto ciertos padecimientos y no tengo deseos de devanarme los sesos para escribir un artí­culo más o menos aceptable por el Director de La Hora, y de ahí­ que opto por lo más fácil: compartir con ustedes dos historietas.

Eduardo Villatoro
eduardo@villatoro.com

Q- Cierto dí­a un padre de familia envió a su hijo con el dinero justo para pagar las cuentas atrasadas de energí­a eléctrica y agua potable. Era el dí­a lí­mite  para hacer los pagos y evitar la suspensión de ambos servicios, además de que era el único pisto que tení­a para terminar el mes.

El muchacho iba por la calle, quitado de penas, cuando de repente vio un letrero que decí­a: «Â¡Espectacular rifa! Compre su número y participe en el sorteo de dos picops último modelo». El chico pensó: -Yo podrí­a ganarme esa rifa y dejarí­a a mi papá con un carro y con dinero de sobra, pues venderí­a el otro.

Sin dudarlo utilizó el dinero de los recibos de agua y luz, para comprar varios números de la rifa. No dijo nada al retornar a casa y como sus padres habí­an salido, se preparó la cena y se echó a dormir.

Al dí­a siguiente el papá se levantó preocupado por las cuentas que debí­a y le preguntó a su hijo si por lo menos pagó los recibos para los que habí­a logrado conseguir algo de dinero. El muchacho, sin asomo de turbación, le confesó que usó el dinero para comprar números  de una rifa, y le dijo: -No se preocupe, papá, que en dos dí­as usted será el propietario de dos picops nuevitos de doble cabina, 4 por 4.

El padre, con el rostro demudado por la ira, gritó, pataleó y se lamentó de haber enviado a su hijo a hacer el mandado y para terminar el regaño le pegó con el cincho en las nalgas del muchacho. La casa quedó en lúgubre y triste silencio. Pasaron dos dí­as y se cumplió la fecha del sorteo y entonces ¡¡sorpresa!!

Al despertar, el padre salió a la calle y llamó a su familia porque frente a su casa estaban estacionados dos picops doble cabina. Todos se quedaron pasmados, incrédulos ante la realidad, pero se abrazaron y no pudiendo aguantar más rompieron a llorar juntos Sí­, allí­ estaban estacionados dos picops. Pero uno de la Empresa Eléctrica y el otro de la Empagua… Habí­an venido a cortarles la luz y el agua? Sí­, y usted tan inocente creyendo que los pobres tienen suerte.

Q- Una mujer entra a la farmacia y le pide al boticario: -Quiero comprar arsénico. En vista de que es un elemento muy tóxico y letal, el farmacéutico pregunta: -¿Para qué quiere el arsénico? -Para matar a mi marido replica la señora. -Lamentablemente, para ese propósito no puedo vendérselo -repone el boticario.

La mujer abre su cartera y muestra una fotografí­a de su marido haciendo el amor con la esposa del farmacéutico, quien dice: -Mil disculpas, señora; no sabí­a que usted traí­a receta.Â