El doctor Juan Alberto Fuentes Knight publicó un libro sobre su función como Ministro de Finanzas y por supuesto que mucha de la atención en el mismo se centra en el papel de la esposa del Presidente como factor en la toma de decisiones. El libro “Rendición de Cuentas†es una explicación de por qué fracasó cualquier esfuerzo para una reforma fiscal y se responsabiliza seriamente de ello al Congreso de la República, sin dejar de mencionar la falta de definición del Presidente de la República quien, como decía la Chimoltrufia, cuando digo que no, digo que sí.
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Pero si a algo hay que ponerle atención en el libro es a los comentarios que hace Fuentes del papel que juega en este gobierno el señor Gustavo Alejos. Ciertamente no dice todo lo que podría decir porque es un libro cuidadosamente escrito con el fin de explicarle a posibles empleadores cuánto se hizo en esa gestión, pero con lo dicho basta y sobra para entender. Y además tiene que reconocerse que Fuentes, con todo y su amistad con Colom que viene de tiempos de colegio, no era parte de ninguna de las dos roscas más importantes, la que manejaba Sandra Torres y la que maneja Gustavo Alejos.
El libro de quien fuera el Primer Ministro de Finanzas de este gobierno da cuenta de cuán grande ha sido la influencia de quien como socio de J. I. Cohen fue uno de los más importantes financistas de la campaña presidencial de ílvaro Colom. Alejos, sabedor de lo poco relevante que era el mismo gabinete de gobierno, se daba el lujo de no asistir a sus reuniones o de ir para ocuparse de los correos o mensajes que le entraban a uno de los cuatro celulares que siempre usa, según Fuentes. Al fin y al cabo lo que dijeran los ministros era poco importante y nada decisivo, porque las acciones de gobierno se decidían en otro lado. En realidad eran dos esferas bien definidas que actuaban bajo la dirección de la Primera Dama y del Secretario Privado, mismas que no necesariamente coincidieron aunque la primera dependía en mucho del segundo porque era fuente del financiamiento de la actividad política. Y es harto sabido que quien paga manda, lo que hacía muy importante el papel de Alejos en la ecuación del ejercicio del poder.
El único incidente que relata Fuentes con Alejos, relacionado con los negocios del gobierno, es el que tuvo que ver con la iniciativa para evitar que se hicieran contratos con sociedades que tuvieran acciones al portador. Relata el exministro de la airada llamada del secretario privado para defender a los contratistas, diciendo que si se supiera quiénes son serían objeto de extorsiones o secuestros y que eso no se podía permitir. Pero agrega que en el caso de su viceministro Barrientos, quien había sido el promotor de la iniciativa y quien más fuertemente la impulsó, hasta recibió amenazas de parte del mismo Alejos.
Se pregunta alguien por qué la mayor parte de la medicina se le compra a una empresa. Por qué todos los autos que compra el Estado son de una determinada marca o de un determinado distribuidor. Por qué los contratos más jugosos en la construcción de obra civil parecen etiquetados a favor de determinadas constructoras. Todas esas decisiones se toman con el criterio de pagar las inversiones de campaña y por ello la figura del financista controlando el acceso al Presidente se ha vuelto fundamental. No fue inventada por Colom, pero no cabe duda que ha sido perfeccionada y vale la pena revisar en detalle lo que dice Fuentes porque basta y sobra para entender el papel del financista. Y, como digo, eso que no dice todo lo que sabe ni supo todo lo que realmente ocurrió.