Eduardo Villatoro
Columnista de Diario La Hora
Guatemala campeón mundial en fútbol. Así es, leíste bien. El equipo de fútbol 5 de Guatemala ganó la medalla de oro en las Olimpiadas Especiales 2007, que se celebraron en Shangai, China, recientemente.
Pero eso no fue todo, la delegación de Guatemala trajo consigo 17 medallas, incluidas 7 de oro, una gran cosecha para una delegación de 24 atletas.
En estos Juegos participaron más de 7 mil deportistas con discapacidad intelectual, o personas especiales (como se les conoce regularmente), de 169 países del mundo.
Esta ha sido la noticia más gratificante e inspiradora que he leído en todo el año en la prensa.
Debo de repetírmelo a mi mismo para creerlo: La delegación de Guatemala logró ganar 17 medallas a nivel mundial, incluida la presea dorada en fútbol.
Los atletas «normales» no han logrado ninguna medalla olímpica y la selección de fútbol nunca ha clasificado a un mundial, no obstante, ahí están estos jóvenes con síndrome de Down, microcefalia o retraso mental, logrando los mayores logros que el país jamás haya cosechado en el deporte.
Volaron hasta el otro lado del mundo sin el apoyo financiero o de patrocinadores que los «capacitados» tienen; lavaron carros y pidieron dinero en la calle para costear sus pasajes; enfrentan la ignorancia total de la prensa, y aún así, son el mayor ejemplo de triunfo que este país tenga.
Y eso no es todo, La Selección de fútbol, que venció 3-2 a Italia en la final, ganó por segunda vez consecutiva la medalla de oro, pues consiguieron ese mismo resultado en los Juegos de hace 4 años.
Cabe resaltar también, los triunfos de Eduardo Rodríguez en natación, quien cosechó múltiples medallas y que por la falta de oxígeno, no pudo estar presente al momento de la entrega de una de ellas. Aún así se reincorporó y ganó otra medalla más.
Son líderes que deberían ser puestos en alto ante los guatemaltecos. Nuestro país, al igual que ellos, parece discapacitado, y podría beneficiarnos mucho en inspirarnos en ellos. Si ellos pueden, también nosotros podemos.