Paquete económico


Mientras el Banco de Guatemala reacciona a las previsiones del Fondo Monetario Internacional y revisa sus proyecciones de crecimiento económico para reducirlas justamente en la cifra dada por el FMI, no obstante las optimistas declaraciones previas de sus autoridades afirmando que el paí­s estaba bien preparado para soportar la crisis mundial, el Gobierno reúne al gabinete económico y realiza una encerrona con el CACIF en Casa Presidencial, a la que no asistieron ni cooperativistas ni sindicalistas, para determinar las medidas de emergencia de un paquete económico.


Si dice que puede haber toda una combinación de medidas que van desde la fijación de precios tope hasta la creación de algunos impuestos para subsidiar productos, entre ellos el diésel y el gas propano, acciones que pueden aliviar mucho a los sectores más golpeados por los incrementos que afectan especialmente a los más pobres que pierden con ello nivel de vida. Por supuesto que respecto al tema del gas propano siempre quedará la duda de cuánto de ese subsidio es producto del uso del avión particular del dueño de la mayor distribuidora.

En todo caso es importante ver que el Gobierno está reaccionando a la situación generada por el alza importante en la canasta básica y que busca remedios o paliativos para la crisis. Nunca un paquete de medidas económicas como el que se está pensando será del agrado de todos los sectores porque mientras los consumidores siempre pensarán que el precio tope puede ser una necesidad para atajar alzas desmedidas, los productores dirán que ello desestimula la producción y que finalmente esas medidas desabastecen el mercado creando males mayores.

Por la ví­a del salario es muy difí­cil lograr acuerdos para resolver el problema porque además hay que entender que un aumento general de salarios tiene efectos inflacionarios y dispara nuevos incrementos de precios, creando lo que se conoce como una espiral difí­cil de contener.

Honestamente hablando hay que decir que el Gobierno tiene pocas opciones reales para reaccionar frente a una crisis que no es generada localmente, sino en la que estamos pagando las consecuencias del desequilibrio existente en todo el mundo. Muchos tildarán de populistas las acciones propuestas y de no tomarse se cuestionarí­a que el Gobierno no haga nada porque así­ es este candente tema. Mal si se hace y peor si no se hace, por lo que la situación del gobierno del presidente Colom es difí­cil, tal y como muchos adelantamos desde el año pasado que serí­a el papel de quien llegara, al margen de su tendencia ideológica, porque la crisis es severa y sus consecuencias devastadoras.