El papa Benedicto XVI ordenó la inspección de las actividades de la congregación mexicana Legionarios de Cristo, sacudida por revelaciones sobre la doble vida de su fundador, el fallecido padre Marcial Maciel, indicó hoy la agencia de noticias católica Zenit.
El Pontífice dispuso «el nombramiento de un equipo de prelados, obispos o eclesiásticos, que realizarán una visita apostólica a las instituciones de los Legionarios de Cristo», anunció la agencia.
La inspección fue anunciada por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, en una carta enviada al superior de los Legionarios de Cristo, el padre ílvaro Corcuera.
La congregación mexicana publicó la comunicación en su página web y decidió anunciarla por la agencia de noticias Zenit, financiada por la misma congregación.
En la carta, la jerarquía de la Iglesia y en particular el Papa reconocen «los altos ideales que animan» a la orden y le manifiestan su «solidaridad» ante las «actuales vicisitudes».
Los Legionarios de Cristo, orden fundada en 1941 por Maciel en México, es una de las congregaciones más ultraconservadoras de la Iglesia y desde hace varios años su carismático fundador, muerto hace un año, ha sido acusado de escándalos sexuales y de haber tenido secretamente una hija.
Con la intervención papal se intenta salvar de una disolución la orden, entre las más poderosas de la Iglesia Católica, que cuenta actualmente con 2.500 seminaristas, 800 sacerdotes en 22 países, muchos de ellos de América Latina, y unos 70 mil fieles en todo el mundo, en general de alto poder adquisitivo y mejor conocidos como los «Millonarios de Cristo».
Antes de morir en enero de 2008, a los 87 años, Maciel tuvo que dejar de oficiar en público por orden del actual Papa, Benedicto XVI, tras ser blanco de múltiples acusaciones por abuso sexual de menores seminaristas, aunque muchos miembros de la congregación siguieron respaldándolo.
A inicios de este año, la congregación religiosa admitió la paternidad de su fundador para enfrentar en mejor posición una posible demanda por la herencia y evitar las consecuencias de un escándalo en caso de aparición pública de su descendencia, según expertos en asuntos religiosos.
Maciel, que tiene por lo menos una hija de 22 años, mantuvo una larga relación con una amante a la que mantenía en España, según denunció en febrero pasado el diario The New York Times.
El inspector pontificio deberá investigar a fondo «las obras y las actividades» en todo el mundo de la orden religiosa para limpiar la imagen de la organización, fuertemente afectada por la vida de Maciel.
«Podrán contar siempre con la ayuda de la Santa Sede, para que a través de la verdad y la transparencia, en un clima de diálogo fraterno y constructivo, superen las dificultades existentes», asegura en su misiva el cardenal Bertone.
Las acusaciones contra el padre Maciel, famoso por su autoritarismo, se remontan a más de 40 años, cuando llegaron las primeras denuncias, las cuales fueron encubiertas por la jerarquía eclesiástica, que veía con buenos ojos la línea ultraconservadora de su fundador.
En una carta dirigida a los Legionarios con motivo del anuncio de la visita apostólica, el superior Corcuera, también de nacionalidad mexicana, agradece cordialmente al pontífice «la ulterior ayuda que les ofrece para afrontar las actuales vicisitudes».