Papa acepta la dimisión de otro obispo


James Moriatry, obispo irlandés que renunció tras los escándalos de ocultamiento de casos de pederastia. FOTO LA HORA: AFP John McElroy

El papa Benedicto XVI aceptó hoy la dimisión de otro obispo a raí­z del escándalo de los abusos sexuales a niños cometidos por religiosos en Irlanda, monseñor James Moriarty, quien admitió que podrí­a haber «cuestionado la cultura imperante» en la Iglesia de su paí­s.


La renuncia del obispo irlandés de Kildare y Leighlin, James Moriarty, fue aceptada por el Pontí­fice, según la norma canónica que autoriza el retiro por «enfermedad» o por «otras razones graves», precisó el comunicado emitido por la oficina de prensa del Vaticano.

Monseñor Moriarty, de 73 años, fue entre 1991 y 2002 obispo auxiliar de Dublí­n, diócesis en la que cientos de niños sufrieron abusos sexuales por parte del clero durante décadas.

El obispo, que presentó su renuncia el 23 de diciembre, pidió este jueves perdón a las ví­ctimas y a sus familias, y reconoció errores.

«Una vez más, acepto que desde la época en que me convertí­ en obispo auxiliar, deberí­a haber cuestionado la cultura imperante» de ocultación, declaró monseñor Moriarty en un comunicado.

«La verdad es que la larga lucha de los supervivientes para ser escuchados y respetados por las autoridades ha revelado una cultura dentro de la Iglesia que muchos describirí­an simplemente como no cristiana», agregó.

Un informe publicado en noviembre tras tres años de investigaciones reveló que los responsables de la archidiócesis de Dublí­n encubrieron abusos sexuales cometidos por sacerdotes a niños de la región durante décadas.

Seis meses antes, otro informe concluyó que miles de niños sufrieron abusos sexuales, fí­sicos y emocionales, a veces «endémicos», en instituciones católicas irlandesas a partir de los años 1930.

Hasta ahora, seis obispos u obispos auxiliares irlandeses implicados en investigaciones sobre abusos sexuales han presentado su dimisión al Papa, cuatro de las cuales fueron aceptadas.

El Papa «debe ocuparse todaví­a de otros obispos en Irlanda y en otras partes del mundo», declaró John Kelly, portavoz de la asociación de ví­ctimas SOCA, citando el caso del primado de Irlanda, el cardenal Sean Brady, que cometió errores». «Debe hacer una limpieza a fondo», agregó.

Las asociaciones de ví­ctimas reclaman la dimisión del cardenal, que pidió perdón tras admitir que en 1975 participó en reuniones secretas en las que dos presuntas ví­ctimas de abusos sexuales firmaron promesas de silencio.

En una carta divulgada el 20 de marzo y dirigida a los católicos de Irlanda, Benedicto XVI manifestó la «vergí¼enza» y los «remordimientos» de toda la Iglesia frente al escándalo de pedofilia en Irlanda.

En su texto, el Papa confirmó que los sacerdotes culpables de abusos sexuales deberán que responder «ante Dios» y ante la justicia.

Esta «Carta Pastoral» constituyó el primer documento sobre pedofilia de un Pontí­fice y confirmó la voluntad de la Iglesia de romper el muro de silencio sobre esa lacra.

La cultura de la ocultación fue acatada durante décadas por los clérigos hasta que en 2000 estalló un grave escándalo de pedofilia en Estados Unidos, que fue seguido por otras denuncias en varios paí­ses de Europa e incluso en Brasil y Chile. Los casos llegaron incluso a salpicar al propio Benedicto XIV, acusado en Alemania y Estados Unidos de haber encubierto esos delitos.

«La verdad es que la larga lucha de los supervivientes para ser escuchados y respetados por las autoridades ha revelado una cultura dentro de la Iglesia que muchos describirí­an simplemente como no cristiana.»

Monseñor Moriarty

Obispo auxiliar de Dublí­n