No podríamos esperar menos viniendo de quienes viene, lo contrario hubiese sido una sorpresa. Guatemala está viviendo tiempos de angustia, por la sangre derramada a borbotones, vertida por sicarios a sueldo y delincuentes comunes protegidos por las autoridades de Gobernación, que impiden que las Cortes cumplan con su trabajo, de enjuiciar a los que infringen la ley, por el mal ejemplo proveniente del presidente Colom y su esposa Sandra Torres, que sin tregua ni pausa –por inadmisible que se crea– incumplen e irrespetan las bases en que está sentada la Constitución de la República de Guatemala,
Rosana Montoya / A-1 397908
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Como podría ser y lo es la obsesión de pretender la inscripción como candidata por el partido oficial de la UNE, encabezado por la exprimera dama, donde sus acérrimos correligionarios se han dado a la tarea de amedrentar al TSE, hostigándolos con visitas inapropiadas, atemorizando a todos sus miembros, valiéndose de la vulnerabilidad de su condición, en su mayoría de personas probas, que no estuvieron dispuestas amedrentarse por la presencia de guardaespaldas armados de la UNE, que penetraron las instalaciones a sabiendas que no había un solo guardia que defendiera su integridad física. Aprovechando esta ausencia de protección, los partidarios de la exprimera dama se pasearon por las instalaciones, horrorizando a los miembros, amenazándolos con insertar bombas en el edificio, para causar psicosis colectiva. Una vez más los que vuelven a atacar al pueblo, repiten viejas usanzas del pasado, aprendidas de antiguos gobernantes que se quisieron enquistar en el poder, como podríamos mencionar a Ponce Vaides, donde fueron asesinados connotados periodistas del ámbito escrito, convirtiendo a la ciudad en sangriento escenario que fue testigo de los yerros del entonces gobernante, por querer conservar el poder entre sus manos. Estos mandatarios no quieren entender, que el tiempo caduca como todo en la vida y que nobleza obliga a pasar la estafeta a un nuevo y mejor contrincante, así es como a toda costa pretenden apoderarse por siempre de la gobernación de Guatemala, a pesar que los anales de la historia repiten una y otra vez que no es sano resistirse a ser sensato. No entienden o no quieren entender que su paso por la primera magistratura es equivalente al vuelo del ave que pasa sobre el pantano, tratando de no ensuciar su colorido plumaje. Pero no. Vuelta la burra al trigo. Vuelven a repetir los mismos errores de gobernante en gobernante. Pretendiendo inmortalizarse en el poder. Y repiten la usanza de traer a campesinos a la ciudad, como ganado, por un tiempo de comida y una vuelta al parque central. Los transportes que se prestan al acarreo indiscriminado de indígenas –que la mayor de las veces no entienden la castilla– son altamente remunerados por los gobernantes, convirtiéndolos en socios del Estado y si no, ahí está de muestra la monopolización del Transurbano, que condujo a miles de campesinos a hacer presencia física en apoyo al presidente Colom, por el asesinato del licenciado Rosenberg, que dicho sea de paso aún falta por averiguar quiénes fueron los presuntos implicados. Ponce Vaides, al igual que el presidente Colom, también acarreó gente del interior, para que apoyaran su misión ante el Congreso. Como podemos observar, es vieja táctica la movilización de masas, que ya no engaña a nadie, porque el truco está muy visto. Lo único que se logra es el desgaste total del Presidente que cree tener la rienda en sus manos, pero se olvida que el macho que está montando es el pueblo, que se harta de sus abusos e irremediablemente cae al suelo. Todo lo anterior lo pueden leer mejor detallado “En el “XXX ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIí“N DE OCTUBRE†por ílvaro Contreras Vélez