Un panel del gabinete japonés llamó formalmente al fin del uso de energía nuclear por el país para la década del 2030, como parte de una reestructuración de las políticas energéticas nacionales luego del desastre nuclear de Fukushima.
La propuesta nueva política energética presentada el viernes es un cambio radical en la tradicional defensa por Japón del uso de la energía nuclear. Se espera que el gabinete en pleno revise la propuesta para su aprobación formal más adelante.
La medida llama a una mayor dependencia en energía renovable, más conservación y uso sostenible de combustibles fósiles.
Japón comenzó a revisar sus políticas de energía tras el desastre del año pasado en la planta nuclear de Fukushima Dai-ichi, causado por un devastador terremoto y tsunami. Antes del accidente, Japón dependía de la energía nuclear para una tercera parte de su electricidad y planeaba elevarlo a 50% para el 2030.
Esta semana, el responsable de una importante investigación sobre el desastre defendió su informe contra las críticas de que su panel evitó culpar a individuos y en su lugar culpó a elementos de la cultura de la nación.
Kiyoshi Kurokawa, quien encabezó la Comisión Independiente de Investigación del Accidente Nuclear en Fukushima, se apegó a su punto de vista de que la catástrofe fue «Hecha en Japón», al señalar la colusión entre los reguladores y la empresa energética como lo que desató el peor desastre atómico desde Chernóbil. Agregó que su panel intencionalmente evitó nombrar a culpables en particular.
«Nadie asume la responsabilidad en Japón, ni siquiera aquellos en posiciones de responsabilidad», le dijo Kurokawa a The Associated Press esta semana desde su oficina en Tokio. «Esto es único de Japón, una cultura que hace énfasis en la conformidad, donde la gente no se queja».
Sin embargo, la gente se está quejando del reporte de la comisión, no sólo por la falta de especificaciones sobre la responsabilidad, sino por emitir declaraciones sobre la cultura japonesa que aparecieron plasmadas en la versión en idioma inglés del documento, pero no en la versión japonesa.
El reporte de 641 páginas, dado a conocer en julio, compiló entrevistas con 1.167 personas y registró documentos obtenidos de reguladores nucleares y de Tokyo Electric Power Co., la empresa de servicios públicos que operaba la planta nuclear de Fukushima Dai-ichi.