Los dos son novatos en la política y jamás se postularon a un cargo público. El candidato oficialista a presidente es un exitoso empresario de la industria de la confección muy allegado al mandatario saliente, en tanto que la aspirante a la vicepresidencia es la esposa del actual gobernante.
Empeñado en explotar la popularidad del presidente Ricardo Martinelli, cuyos índices de aprobación giran en torno al 60% luego de cinco años de gobierno marcados por una bonanza económica, el partido oficialista Cambio Democrático postuló a dos candidatos cercanos al mandatario, a José Domingo Arias, quien ocupó dos carteras ministeriales bajo el gobierno de Martinelli, para presidente y a la primera dama Marta Linares como compañera de fórmula. Es una apuesta arriesgada que da pie a que la oposición acuse a Martinelli de tratar de perpetuarse en el poder a través de dos figuras de poco peso que seguirán sus directivas.
«La percepción es que Arias de repente no va a ser la persona con carácter que pudiera tomar decisiones propias», comentó Javier Ordinola, profesor en derecho electoral de la Universidad de las Américas en Panamá, semiprivada.
La oposición cuestiona constantemente las aptitudes de Arias y Linares y en un reciente debate televisado, uno de los rivales de Arias, el socialdemócrata Juan Carlos Navarro, le dijo al candidato oficialista: «No tienes la experiencia ni el liderazgo para gobernar el país y respondes al jefe de los supermercados (en alusión al presidente, quien hizo fortuna en ese ramo)».
Arias, un economista graduado en Argentina y exitoso empresario que fue viceministro de Comercio Exterior y ministro de Vivienda bajo el gobierno derechista de Martinelli, replicó: «No soy un político profesional, pero nadie puede criticar mi honestidad y liderazgo».
La gestión de Martinelli, quien no puede buscar la reelección porque la constitución no la permite, estuvo signada por un gran crecimiento económico y enormes proyectos de infraestructura, acompañados de denuncias de corrupción en su administración y acusaciones de que erosionó las instituciones mediante una concentración del poder.
«Ha logrado colocar políticos adeptos en instituciones clave, como la oficina del fiscal general y la Corte Suprema», donde cinco de los nueve magistrados le son adeptos, señaló Michael Shifter, profesor adjunto en la Universidad de Georgetown y experto de Diálogo Interamericano, un foro de análisis político con sede en Washington. «Está claro que tiene un fuerte apetito por el poder. No es descabellado sugerir que, mediante la selección de Arias como candidato presidencial de su partido, y su esposa como candidata a la vicepresidencia, Martinelli está buscando una manera de extender efectivamente su administración».
Al mandatario, por otro lado, se le imputa que utilizar pomposas inauguraciones de multimillonarias obras públicas para impulsar directa e indirectamente a la nómina oficialista y vilipendiar a los opositores.
«Es difícil argumentar que este sistema es saludable para la democracia en Panamá», señaló Shifter en un correo electrónico a The Associated Press.
Las elecciones del próximo 4 de mayo, no obstante, asoman como una de las más reñidas de Panamá desde la transición a la democracia en 1989. Navarro, exalcalde capitalino y candidato del opositor Partido Revolucionario Democrático, le pisa los talones o va a la par de Arias en al menos dos encuestas de intención de voto en este país de 3,4 millones de habitantes donde ningún partido ha logrado conservar la presidencia en los 24 años que han pasado desde la restauración de la democracia.
La leve ventaja que tenía Arias se ha ido disipando y uno de los que salió ganando es el tercer candidato en cuestión, el vicepresidente Juan Carlos Varela, otro conservador que rompió con Cambio Democrático en el 2011.
El partido de Navarro centra su campaña en la premisa de que Arias y Linares serían títeres de Martinelli.
Un anuncio de su campaña muestra una cuña con una moneda con la cara de Arias en un lado y la de Linares en el otro. «Sin importar de qué lado caiga, siempre será un Martinelli. Con tu voto dile ‘No’ a la reelección de Martinelli», pregona el anuncio.
Arias lo niega.
«Este es un país presidencialista. El primero de julio comienza un gobierno y el que lleva la banda presidencial es el que manda», sostuvo el viernes en declaraciones a la prensa extranjera.
La candidatura de Linares, por otro lado, fue cuestionada en los tribunales. Un grupo de juristas arguyó ante la Corte Suprema que es inconstitucional, pero numerosos analistas no creen que ese intento vaya a prosperar a estas alturas de la campaña.
La Carta Magna establece que los parientes del mandatario, dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad, no pueden ser elegidos vicepresidentes en el periodo inmediato, pero la norma no define exactamente el grado de la cónyuge, por lo que la candidatura de Linares podría proceder, según varios expertos.
Para Roberto Eisenmann, fundador y presidente del influyente diario La Prensa de la capital y acérrimo crítico de Martinelli, la candidatura de Linares «es parte de un plan bien intencionado de un mandatario que sueña con un caudillismo tradicional».
Linares, una corredora de seguros de 57 años, niega que se esté prestando para un plan reeleccionista de su esposo y pregona que «quien va a mandar es José Domingo» en el caso de que la fórmula oficialista salga airosa.
«No soy política, pero estoy aquí para seguir trabajando en muchos proyectos sociales a favor de la mujer, de los niños, de los más necesitados en Panamá», dijo a la AP tras hablar en un reciente acto político ante más de 3.000 mujeres en un sector del suburbio de Las Mañanitas, al este de la capital.
Eisenmann considera que de ganar la dupla Arias-Linares la presidencia, Martinelli planea empujar una reforma constitucional para reducir o eliminar el periodo de veda de diez años que deben cumplir los exmandatarios para poder postularse nuevamente al cargo en Panamá.
Navarro también plantea que en la gestión de Martinelli hubo corrupción y prometió que de salir airoso hará que se investigue si el actual mandatario incurrió en irregularidades en la compra de helicópteros y radares por 250 millones de dólares a la cuestionada empresa italiana Finmeccanica, un sonado y prolongado caso que Martinelli, sin inmutarse, tacha de «telenovela italiana».
El Ministerio Público o fiscalía general cerró una investigación sobre este escándalo en Panamá al considerar que no existían méritos ni pruebas para seguirla, pero recientemente una jueza en Roma llamó a juicio al italiano Valter Lavitola, considerado un intermediario en esa transacción, por el supuesto delito de corrupción internacional, que salpica al gobierno de Martinelli.
«Nadie cuestiona el dinamismo económico de Panamá, pero existe una preocupación generalizada acerca de los que se percibe como la creciente corrupción en el gobierno», afirmó Shifter.
«Es necesario limpiar la imagen de Panamá; es el reto después de las elecciones», señaló Navarro.
Martinelli justifica la candidatura de su esposa diciendo que promovió muchas obras sociales como primera dama, incluida la creación hace dos años de un centro para el cuidado y capacitación de niños y jóvenes con autismo, emulando un modelo peruano.
«Es el corazón social del gobierno», aseguró Arias. «Por eso la traje a mi nómina».
«Tenía que ser una mujer de trayectoria e íntegra, sin marcas, con vocación de servicio», agregó el candidato, quien dijo sentirse «encantado, (porque) ella reúne esos dos requisitos».
El candidato presidencial por el oficialista partido Cambio Democrático (CD), José Domingo Arias, dijo hoy que aspira a crear un gobierno sin barreras ideológicas que separen a Panamá de otros países del continente americano.
Arias, quien figura en primer lugar en las encuestas electorales con un 35 por ciento de la intención de voto, afirmó que aspira a ganar los comicios del 4 de mayo en el país para mantener buenas relaciones diplomáticas y comerciales en la región.
«Creo que Panamá tiene hoy la ocasión de ser una nación en la que todos los países, indistintamente de cuál sea su postura ideológica, sirvan de plataforma de inclusión en los temas hemisféricos», puntualizó el candidato oficialista en una reunión con corresponsales de prensa extranjera acreditados en Panamá.
El argumento sustentado por Arias difiere de la propuesta del presidente Ricardo Martinelli, quien en la toma de posesión en 2009 prometió que bajo su gobierno, de tendencia derechista, conseguiría en «cambiar el péndulo ideológico» en el continente americano.
«Estoy seguro que mis colegas de la región van a encontrar aquí un servidor, un hombre, para conversar en formas fraterna y sincera los temas regionales, para buscar soluciones que al final benefician a los pueblos», enfatizó Arias quien está técnicamente empatado con el candidato del opositor Partido Panameñista, Juan Carlos Varela.
Al respecto, lamentó la ruptura de las relaciones diplomáticas y comerciales de Venezuela con Panamá, decidida en Caracas en marzo de este año, luego de que el gobierno panameño pidiera la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA) para frenar la violencia en el país sudamericano.
«Siento mucho que las relación con Venezuela haya llegado a la situación a la que llegó», dijo el candidato presidencial por el CD, pero justificó la gestión del gobierno de Martinelli ante la OEA en procura de una solución pacífica entre los venezolanos.
Arias abogó por fuerte vínculos económicos con Centroamérica y el desarrollo de megaproyectos para convertir a Panamá en una plataforma de desarrollo logístico y marítimo internacional, lo que contribuirá a multiplicar el comercio.
Asimismo, se comprometió a emprender una lucha frontal contra la pobreza y la exclusión social, que afecta a zonas marginales urbanas y comarcas indígenas en Panamá, y al inicio de una capacitación para el trabajo acompañada de programas tecnológicos.
Por Agencia dpa
El candidato presidencial del partido en el gobierno José Domingo Arias mantiene una leve, aunque decreciente, ventaja sobre otros dos de los principales aspirantes de la oposición en una encuesta de intención de voto publicada esta semana, en la recta final de una reñida e impredecible puja por la presidencia de Panamá.
Los comicios en esta nación centroamericana con fuerte auge económico se vislumbran tan parejos que los expertos estiman que la masa de indecisos podría jugar un papel determinante, así como la capacidad de movilización que tengan los partidos el día de la votación: el 4 de mayo.
Arias, de 50 años, exministro de Vivienda y abanderado del partido Cambio Democrático del presidente Ricardo Martinelli, tiene el 37,5% de las preferencias en el sondeo de la consultora Quantix Panamá S.A. divulgado por el diario La Prensa, que es un fuerte crítico a la gestión de Martinelli. El oficialista cayó casi dos puntos en relación con el sondeo anterior.
Por su parte, Juan Carlos Navarro, exalcalde capitalino y candidato del Partido Revolucionario Democrático, y Juan Carlos Varela, vicepresidente y aspirante del partido Panameñista, se mantienen en segundo y tercer lugar con 31,5% y 26,3% de intención de voto, respectivamente.
El sondeo se realizó entre 2.930 personas entre el 19 y el 22 de abril, y registró un margen de error de 1,81 puntos porcentuales. El jueves cerró el período para la divulgación de encuestas de intención de voto de cara a los comicios.
En su análisis de la encuesta, el diario planteó que la ventaja de Arias sobre su más cercano rival, Navarro, no es suficientemente amplia para garantizarle la victoria. También destacó que los indecisos —que alcanzan el 13,3%— podrían definir los resultados. En Panamá no hay segunda vuelta electoral, de modo que quien saca más votos se asegura la presidencia.
Otra encuesta de Ipsos para el canal de televisión Telemetro y el diario La Estrella de Panamá, ambos independientes, muestra un empate técnico entre Navarro (34,2 y Arias (33,9%), y a Varela (29,1%) en ascenso. El sondeo fue aplicado a 2.580 personas entre el 14 y 21 de abril, y tiene un margen de error de 1,93 puntos.
Mikäel Pasco, gerente de Ipsos, dijo al diario La Estrella de Panamá que cualquiera de los tres podría ser electo, y que podría pesar mucho el día de la elección la decisión que tomen los indecisos, que en Ipsos alcanza el 20%. El otro 80% lo integran los electores que aseguran no variarán su voto.
Por su parte, el sondeo de Ditcher & Neira, para el canal 2 de televisión privada, muestra también un empate técnico entre Arias (35 y Varela (32%). Navarro obtiene el 30% de la intención de voto en esa muestra, que se aplicó a 2.221 personas y registró un margen de 2,2 puntos.
«Todavía a estas alturas nada está decidido», dijo Leopoldo Neira, presidente de la encuestadora.
El analista político Edwin Cabrera dijo a The Associated Press que hay varias consistencias en los sondeos: una es que Arias «no logra terminar de subir para convencer de un triunfo y, la otra, que Navarro y Arias bajan, mientras que Varela sube consistentemente».
«Es la primera vez en la historia reciente que Panamá se va a enfrentar a una elección… en que cualquiera de los tres puede ganar», estimó Cabrera.
Arias, quien es poco conocido en la política, se ha mantenido en los primeros puestos de los sondeos, apuntalado aparentemente por la alta popularidad de Martinelli y el caudal de obras públicas multimillonarias que éste ha impulsado en cinco años de fuerte auge económico.
El abanderado oficialista promete seguir por esa senda y por una mayor transformación en lo social.
Navarro, de 52 años y quien fungió como regente capitalino durante 10 años, ha basado su campaña en atacar la inseguridad y la corrupción, al tiempo en que promete remediar el alto costo de vida, uno de los problemas que más aqueja a los panameños.
Varela, de 50 y quien abandonó la alianza con Martinelli hace más de dos años, también ha tratado de capitalizar apoyo prometiendo una fórmula para bajar el precio de los alimentos básicos. En la liza participan otros cuatro candidatos que no tienen ninguna opción, según los sondeos.
Agencia AP