Las propuestas de la gran mayoría de candidatos a cargos de elección popular tienden a ser muy vagas y sin explicación profunda. Muy rara vez les acompaña el cuánto, cómo y dónde se aplicarían en caso de ser designados, mediante el voto de los guatemaltecos, a ejercer el poder. Pero eso ya lo sabemos todos, cada cuatro años escuchamos un sinfín de planes y estrategias de gobierno que pocas veces son aplicables o ejecutables en la realidad del ejercicio. Lo que sí enoja es escuchar engaños o trucos de magia barata con los que tratan de convencer a la población.
Tratando de clasificar las propuestas que he escuchado de la propia boca de los candidatos presidenciales existe una en particular que quisiera resaltar en esta columna. El señor Manuel Baldizón pretende engañar a los electores con un viejo truco, el de aumentar los salarios por decreto. El señor Baldizón propone la implementación del Bono 15. Tanto el señor Baldizón como Jorge Serrano Elías en 1992, se las llevan de paladines de la justicia social incrementando los ingresos del trabajador de un plumazo con un sueldo adicional al año. ¡Qué maravilla! ¿Seremos tan idiotas los guatemaltecos que a muy pocos se les ha ocurrido que pagándole más a los trabajadores, estos y sus familias podrán tener una mejor calidad de vida? Si son serios en lo que dicen y por lo menos pasaron el primer año de universidad debieran de saber perfectamente qué es un salario y cómo se fija.
El salario no es más que un precio al que se llega como resultado de las fuerzas de la oferta y la demanda de trabajo. Ningún empresario por más informal que sea calcula el costo de sus planillas sobre una base mensual. Todos sabemos que si la rentabilidad de un negocio da lo suficiente como para crecer, el empresario necesitará de más mano de obra para aumentar su producción. Pero hay que aclarar que los recursos del empresario son finitos y en todo caso antes de invertir en un nuevo trabajador calculará el costo de oportunidad de su capital. Si después del análisis se decide por incrementar su fuerza laboral calculará el costo de un nuevo salario dentro de su estado financiero y esto le permitirá saber cuánto tiene disponible para la nueva plaza. Si, por ejemplo, tiene disponible Q50 mil al año para la nueva posición y encuentra a un trabajador que acepte ese salario, lo único que hará es dividir su presupuesto en los 12 meses a pagar. Hace algunos años se implementó, también por la vía del engaño, el aguinaldo que representa un sueldo adicional para la época de las fiestas navideñas, como que si lo de ser cristiano fuera obligación. Pues allí está que los ateos, musulmanes, budistas y judíos también reciben el famoso aguinaldo aunque para ellos las fechas no representen nada. En fin la división del costo anual presupuestado para cada trabajador se puede hacer por 12, 14, 15 o 20, que de cualquier manera lo disponible serán Q50 mil anuales. Es falso entonces que instaurar un Bono 15 traiga beneficios para los trabajadores. También es ilusorio pensar que, como muchos argumentan, el Bono 15 traerá más movimiento a la economía porque si bien es cierto en el corto plazo el empresario tendrá que sacrificar la inversión de crecimiento para cubrir el aumento por decreto de su planilla, lo único que se logra es trasladar de un bolsillo a otro la misma cantidad de recursos. Además, ese aumento por decreto sacrifica automáticamente cualquier intento de incremento de salario. En resumen, nadie tiene un palo de billetes como para salir toda las mañanas a cosechar. Los salarios aumentan realmente únicamente cuando la oferta de trabajo es mayor a la demanda. Por favor doctor Baldizón, sea más serio con sus propuestas.