Palestinos espantan fantasma


Purificación. Mahmud Abas (D), presidente de la Autoridad Palestina, con Khaled Meshaal, lí­der exiliado de Hamas, en una ceremonia de purificación en Arabia Saudita.

El acuerdo palestino logrado en La Meca servirá para calmar los ánimos y mejorar la vida diaria de miles de ciudadanos, pero la aspiración de paz en Gaza y Cisjordania «no depende sólo» de Hamas o Fatah sino de «la buena voluntad de Israel, Estados Unidos y Europa».


«El problema palestino no es una cuestión únicamente palestina ¡Qué más quisieran ellos! Todo se habrí­a resuelto hace mucho tiempo. Lo que hace falta saber ahora es cómo este gobierno de unión va a ser recibido por Israel, Estados Unidos y Europa», explicó Waleed Saleh, profesor de Estudios Islámicos en una universidad de Madrid.

Según este experto, el «armisticio de La Meca» no es razón de «echar las campanas al vuelo» porque el problema polí­tico sigue sin resolver y sin la colaboración de Israel y Estados Unidos, «nunca los palestinos tendrán un Estado viable y recuperarán los derechos que les fueron usurpados».

Después de enfrentamientos que dejaron un saldo de más de 350 muertos en menos de un año, los lí­deres del Fatah, partido del presidente Mahmud Abas, y del movimiento islámico Hamas llegaron a un acuerdo para crear un gobierno de unión nacional que deberá respetar los acuerdos pasados entre la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) e Israel.

«Respetar» estos acuerdos no implica «aceptarlos», es decir, reconocer la existencia de Israel, algo a lo que Hamas se niega hasta hoy.

«Pero implí­citamente, al dirigir el gobierno ya lo están reconociendo. No lo dicen de forma clara porque tienen miedo de los votantes que los eligieron gracias a un programa determinado que los diferencia del Fatah», agregó Saleh.

La comunidad internacional, que dejó de ayudar directamente al gobierno palestino tras la victoria de Hamas en las elecciones legislativas de enero de 2006, exige a este movimiento islámico el reconocimiento de Israel, la renuncia a la violencia y la adopción de los tratados del pasado para terminar con este boicot.

La primera gran pregunta que genera este acuerdo de La Meca es si bastará para poner fin a este bloqueo económico en una región totalmente dependiente del exterior.

En Washington, el departamento de Estado hizo saber que habrá que esperar a la composición del gobierno para pronunciarse y en Israel, el portavoz del primer ministro Ehud Olmert, recordó que las tres condiciones del Cuarteto deben ser cumplidas.

«El acuerdo de La Meca complacerá a la comunidad internacional, traerá consigo el fin de un bloqueo injusto contra el pueblo palestino y podrí­a relanzar el proceso de paz tras seis años de bloqueo», confió el viernes el editorial del diario palestino Al Qods (Jerusalén).

Según los expertos, con este acuerdo, los palestinos «evitan caer en un terrible túnel negro y enví­an el balón al campo de Israel, Estados Unidos y Europa».

La primera respuesta positiva de la comunidad internacional a este acuerdo no se hizo esperar: el 21 de febrero el llamado Cuarteto para Oriente Medio (Estados Unidos, Unión Europea, ONU y Rusia) se reunirá en Berlí­n.

La segunda pregunta tras la reunión de La Meca es si este acuerdo logrará que Hamas y Fatah pongan a disposición del futuro ministro de Interior independiente sus respectivas fuerzas de seguridad y arsenal.

«Pueden al menos controlarlas y neutralizarlas para evitar un nuevo ciclo de violencia que mermarí­a todaví­a más la credibilidad internacional palestina», confió un editorial del vespertino francés Le Monde.

La tercera gran pregunta que puede surgir tras este encuentro crucial es el papel de Arabia Saudí­ y su rey Abdalá en el cumplimiento de este acuerdo apadrinado por él y en el levantamiento del boicot internacional contra el gobierno palestino.

«Arabia Saudí­ no habrí­a apadrinado un acuerdo sin acuerdo previo de Estados Unidos o Europa. Riad desempeñará un papel importante para obtener el reconocimiento internacional del nuevo gobierno palestino», aseguró George Giacaman, del Instituto Palestino para el Estudio de la Democracia, de Ramala (Cisjordania).

Por último y según Waleh, tras el encuentro de La Meca está claro que crece el protagonismo de Arabia Saudí­ en el mundo musulmán, en «contrapeso a la influencia iraní­» y en detrimento de Egipto, hasta ahora mediador indiscutible, pero «condenado a eclipsarse por seguir los dictámenes de Estados Unidos en Oriente Medio».

«El problema palestino no es una cuestión únicamente palestina ¡Qué más quisieran ellos! Todo se habrí­a resuelto hace mucho tiempo.»

Waleed Saleh, profesor de Estudios Islámicos en una universidad de Madrid.