íšltimamente, se ha escuchado sobre los esfuerzos de organizaciones ecológicas para salvar a alguna especie animal, debido a que ha sido declarada en peligro de extinción.
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Sin embargo, no sólo los animales pueden estar envueltos en ese proceso de desaparecer. Las costumbres de los pueblos, tecnologías y tradiciones pueden extinguirse.
Por su parte, las palabras también pueden caer en desuso. Lastimosamente, existen algunas palabras muy curiosas y con una gran riqueza cultural, que da pena que se pierdan.
Por esa razón, la Escuela de Escritores, una organización española, se ha dado a la tarea de buscar «padrinos» para palabras en vías de extensión.
Según esta organización, entre 1992 y 2001, en las ediciones del Diccionario de la Real Academia Española quedaron fuera más de seis mil palabras, muchas de ellas aún en uso en distintos puntos de la región de habla española.
Por ejemplo, ¿acaso usted no usa aún la palabra «bochinche» o «balde»? Pues, sepa que ya quedó desterrada de la norma del uso del español, debido a que ya no está en el diccionario oficial.
Por eso, la mencionada Escuela de Escritores han puesto a disposición una especie de convocatoria para apadrinar una palabra.
Uno de los casos que también se expone, es el que una palabra haya modificado su significado, por lo cual se pide «apadrinar» el significado original.
La idea de la Escuela de Escritores es que las palabras están íntimamente vinculadas con el sentimiento de las personas; si una palabra se pierde, puede perderse una parte de los recuerdos de una persona o de un pueblo.
De esta forma, las palabras que nuestras abuelas nos inculcaron, pueden quedar en el olvido, muriendo cierta parte del recuerdo de los seres queridos.
Uno de los objetivos de esta cruzada de rescate, es aumentar, también, nuestro vocabulario, ya que cada vez hacemos uso de menos palabras.
Con las palabras que se apadrinen, se creará un sitio en Internet, que iniciará el próximo 23 de abril, día que se celebra el Día del Libro, el Día del Idioma Español y el día de la muerte de Miguel de Cervantes, a quien se considera como el primer escritor que hizo uso del español moderno.
Entre las palabras que participen, se podrá votar para escoger a las cinco mejores propuestas. A los padrinos de estas palabras ganadoras, ganarán el curso «El gozo de escribir» en la Escuela de Escritores.
Padrinos de honor
Ya hay algunas propuestas, iniciando con las de reconocidos escritores de habla hispana, que ya dieron a conocer la palabra que quieren rescatar.
ESCUCHAR:
Por las siguientes razones: Más que recuperar una palabra me conformo con que no se pierda definitivamente la distinción entre «oír» y «escuchar». Ya nadie oye, todo el mundo escucha. Lo cual podría estar bien, si no fuera porque «escuchar» ya no significa prestar atención a lo que se oye, sino simplemente percibir sonidos con el tímpano. Así escucha, por ejemplo, Eduardo Zaplana. Si recuperáramos esta distinción, y con ella el antiguo significado del verbo «escuchar», igual nos volvíamos más comprensivos con los argumentos que expresan los demás. (ílvaro Pombo, escritor)
DAMAJUANA:
Por las siguientes razones: Significa garrafa. Al igual que «bica» (orinal) es una palabra en desuso, pero que en Extremadura y en La Habana aún se utilizan. (Juan Marsé, escritor español)
ATROPAR:
Por las siguientes razones: Literalmente es reunir algo en montones o gavillas, por ejemplo, se «atropan las hojas» de los jardines o el heno. Propongo recuperarla como «cuarto de los atropos», es decir, «cuarto de los trastos», pero donde se guardan montones de retales o piezas en desuso. Sería el trastero o el cuarto de los trevejos, de los corotos o de san Alejo. (Horacio Castellanos Moya, novelista salvatoreño)
Vote en: http://www.escueladeescritores.com/apadrina-una-palabra
No tiene ningún costo apadrinarla.