El parlamento y cuatro asambleas provinciales eligieron nuevo presidente de Pakistán al viudo de la ex primera ministra asesinada Benazir Bhutto, Asif Ali Zardari, en medio del caos político y económico y las amenazas de Al Qaeda.
«Asif Ali Zardari recibió 281 votos de los 426» de ambas cámaras legislativas, declaró el jefe de la comisión electoral, Qazi Mohammad Farooq al Parlamento. Poco antes había anunciado que el esposo de la ex primer ministra asesinada el 27 de diciembre obtuvo la mayoría de votos de las cuatro asambleas provinciales reunidas.
La victoria del líder del principal partido de la coalición en el poder desde las legislativas de febrero, estaba asegurada.
Además del parlamento votaron las asambleas de Pendjab (centro-este), Sind (sureste), Balutchistán (suroeste) y de la Provincia de la Frontera del Noroeste.
La votación se celebró 20 días después de la dimisión del jefe de Estado Pervez Musharraf forzada por la nueva coalición de gobierno, liderada por el Partido del Pueblo Paquistaní (PPP) que encabeza Zardari.
Zardari, de 53 años y apodado Señor 10%% por las comisiones que cobraba, simboliza la corrupción del poder en los años 90, cuando su esposa dirigía el país, y es relativamente impopular entre los 168 millones de habitantes de Pakistán, la única potencia nuclear en el mundo islámico. Zardari pasó 11 años en prisión (1990-1993 y 1996-2004), por corrupción y asesinato y fue amnistiado del resto de acusaciones por el presidente Musharraf hace un año, cuando el entonces jefe de Estado negociaba con Bhutto un reparto del poder. A pesar de todo fue designado por su partido como candidato.
Los otros dos aspirantes fueron el magistrado Saeed-uz-Zaman Siddiqui y Mushahid Hussain, próximo a Musharraf.
La coalición formada por el PPP y algunos pequeños partidos dispone de una amplia mayoría parlamentaria. Sin embargo, el PPP se encuentra en una delicada posición, a merced de la voluntad de esos pequeños partidos con intereses muy diversos.
Esta elección se produce en un momento en que Pakistán, tradicional aliado de Estados Unidos en la «guerra contra el terrorismo», está inmerso en una oleada sin precedentes de atentados suicidas perpetrados por los islamistas cercanos a Al Qaeda, que causaron 1.200 muertos en algo más de un año, y se enfrenta a una grave crisis económica.
Los editorialistas se alarmaron de antemano por los «nefastos efectos» de la designación de una personalidad tan polémica como Zardari, cuando el país está al borde de la bancarrota y los combatientes islamistas parecen ganar terreno.
Asimismo, Estados Unidos, aumentó sus ataques contra Al Qaeda y los talibanes en las zonas tribales del noroeste, desde el vecino Afganistán. Washington reprocha al ejército paquistaní hace poco contra el terrorismo y esta semana lanzó su primera intervención militar directa conocida en ese país. En esa operación por lo menos 15 civiles murieron en un poblado fronterizo, según Islamabad. Estados Unidos, que no ha desmentido la información, rechaza empero hacer comentarios al respecto.
Al mismo tiempo al menos 16 personas murieron y decenas resultaron heridas el sábado en un atentado con coche bomba que destruyó un puesto de control de seguridad y un mercado en los suburbios de Peshawar, en el noroeste de Pakistán, informó la policía.
Por añadidura a los problemas reinantes, los días de la coalición de Zardari parecen contados, pues el gobierno formado en marzo es incapaz de actuar de manera concreta, dependiente de los pequeños partidos, desde laicos progresistas a fundamentalistas musulmanes, pasando por nacionalistas étnicos.
Además, los economistas predicen la bancarrota en dos meses si Pakistán no pone orden a sus cuentas públicas: la población está exasperada por la inflación, que bate récords en Asia, con alzas del 60%% desde el inicio del año en electricidad, combustibles y alimentos básicos.