El escritor cubano, Leonardo Padura, uno de los más reconocidos y polémicos narradores de la isla, ganó el Premio Nacional de Literatura 2012.
El Instituto Cubano del Libro (ICL) y el Ministerio de Cultura reconocieron la obra de Padura y lo seleccionaron entre 18 candidatos propuestos por diversas instituciones literarias nacionales, explicó el miércoles un despacho de la Agencia de Información Nacional.
Padura, de 57 años, es autor de la novela «El hombre que amaba a los perros», en la cual recrea la vida y muerte del dirigente soviético León Trotsky, las desventuras de su asesino Ramón Mercader, quien vivió en La Habana, y las experiencias de un cubano igual a muchos ciudadanos de esta nación caribeña.
«Era una historia que como individuo también me afectaba. La desaparición de la sociedad igualitaria que se pretendió crear en la Unión Soviética y en los países socialistas… nos toca a todos, pero a los cubanos de una manera decisiva», expresó el escritor en una entrevista con Associated Press en 2011.
«Es una reflexión sobre por qué fracasó esa utopía, pero también por qué es necesaria la utopía», agregó Padura.
El ICL indicó que el jurado del premio otorgado a Padura estuvo presidido por el escritor Reynaldo González e integrado por los académicos de literatura Denia García Ronda, Jorge Fornet, Cira Romero, Astrid Santana y los poetas Marylin Bobes y Víctor Fowler.
Padura, quien también se ha desarrollado como ensayista, guionista de cine y periodista, es un agudo crítico del modelo de gobierno cubano, sobre todo por la cerrazón que a veces lo afecta; aunque también lo ha defendido ganándose la animadversión de grupos de exiliados en Estados Unidos.
El galardón le será entregado en el marco de la XXII Feria Internacional del Libro de La Habana, el 17 de febrero, indicó el ICL.
Padura es autor de las novelas policiacas «Paisajes de Otoño», Máscaras», «Pasado Perfecto» y «Vientos de Cuaresma» protagonizadas por el detective Mario Conde. El autor ha ganado premios internacionales de la novela negra como el Café Gijón (1995) y el Dashiell Hammett (1998); así como el Roger Caillois a la literatura latinoamericana en 2011.