Padre de droga viaja a otro mundo, pero sin LSD


El quí­mico suizo Albert Hofmann, que por accidente descubrió la droga alucinógena LSD en 1943, murió el martes a los 102 años de edad, indicó hoy la alcaldí­a de su pueblo, Burg, cerca de Basilea (noroeste de Suiza), citada por la agencia suiza ATS.


Hofmann, nacido en 1906 en Baden (norte), entró en la historia el 16 de abril de 1943 al experimentar él mismo y por casualidad LSD.

Estudiante de quí­mica, Hofmann estaba experimentando con los alcaloides del tizón (hongo pequeño) del centeno para crear un estimulante circulatorio y respiratorio, la Dietilamida de Acido Lisérgico (LSD). Sin darse cuenta dejó caer una gota en su mano.

Empezó entonces a tener sensaciones extrañí­simas: angustia, vértigo, visiones sobrenaturales, objetos que se moví­an en el espacio, sentimiento de felicidad y plenitud.

Ese dí­a, regresando a su casa en bicicleta, experimentó su primer «viaje» al volver a tener sensaciones de su infancia y sobre todo, sentirse capaz de volar.

Tres dí­as después, repitió la experiencia y tuvo las mismas sensaciones.

Esa sustancia terminó siendo útil en psiquiatrí­a y en neurologí­a para despertar a enfermos amorfos y sin reacción a los medicamentos.

Entre 1947 y 1966, el grupo quí­mico suizo Sandoz, para el que Albert Hofmann trabajó muchos años, comenzó a fabricar grageas y ampollas de uso médico.

Pero los abusos dieron mala reputación al LSD, sobre todo en Estados Unidos, donde en los años 60 se convirtió en la droga número uno del movimiento hippie. El LSD terminó siendo prohibido y Sandoz dejó de fabricarlo.

Al festejar su centenario, hace dos años, Albert Hofmann habí­a intentado rehabilitar su invención, explicando a la prensa que el LSD ayuda a calmar el sufrimiento, sobre todo en enfermos terminales, y cuando la morfina ya no hace efecto.