Paco de Lucía: Soy perfeccionista rayando con la enfermedad


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Paco de Lucía dice que es tan perfeccionista que después de grabar sus discos ya no los puede volver a escuchar porque sólo oye los errores o piensa en las mejoras que hubiera podido hacer.

Por E.J. TÁMARA LOS ÁNGELES / Agencia AP

De los 25 discos que ha grabado en sus cinco décadas de trayectoria, sólo hay dos que no le «molesta oír».

«Tengo un sentido perfeccionista rayando con la enfermedad», confiesa el maestro de la guitarra flamenca. «No me gusta ningún disco mío. Los que me gustan, es decir, son soportables y los oigo, son ‘Siroco’ y ‘Zyryab’ porque posiblemente son los más flamencos, los más puros dentro de mi carrera».

De Lucía, quien ha vendido más de un millón de discos, está de gira por Estados Unidos, adonde regresa después de cinco años para promocionar su cuarta producción en vivo, «Conciertos de España 2010», que salió a la venta a principios de abril. El sábado se presenta en el Walt Disney Concert Hall de Los Ángeles antes de terminar su recorrido el 2 de mayo en Austin, Texas.

En una entrevista reciente con The Associated Press, el innovador del flamenco, cuyo verdadero nombre es Francisco Sánchez Gómez, dijo que cada vez más prefiere las grabaciones en vivo que las de estudio por considerarlas más «creíbles» y «cálidas» que las postreras, a las que calificó de «perfectas pero sin alma».

«Conciertos de España 2010» incluye tangos, rumba y un tema de John McLaughlin, con quien en 1979 formó la fusión de flamenco y jazz Guitar Trio junto a Larry Coryell, quien luego fue reemplazado por Al Di Meola. Y le acompañan armónica, bajo eléctrico y cajón, instrumento de percusión peruano que De Lucía incorporó al flamenco, convirtiéndolo en parte fundamental de este género.

Ganador del premio Príncipe de Asturias y de un Grammy, el guitarrista andaluz de 65 años aprendió a tocar de oído y no saber leer música: «La música la viví, no la aprendí, entonces soy músico porque soy flamenco».

A continuación extractos de la entrevista.

AP: ¿Por qué le gustan tanto los álbumes en vivo?
De Lucía: Me gustan porque tienes a los músicos al lado, no hay clics de por medio y eso lo hace muy rico. En el estudio se pinchan la mayoría de las frases … y al final queda una grabación perfecta pero sin alma. El alma te lo da el ver a los músicos y la libertad expresiva que tienes, el tener al público enfrente le da un plus de excitación, de adrenalina, de pasión, que nunca la tienes en estudio, que es frío y analítico y robótico. Aunque en el estudio se puede hacer otras cosas creativas, como investigación y jugar pero la música en mayúscula cada vez me gusta más en vivo.

AP: Tiene una carrera de cinco décadas. ¿Cuál es su relación actual con el flamenco?
De Lucía: Comencé a tocar porque era flamenco, no porque era músico, y decidí que me gustaba el flamenco. Mi padre (y) todos mis hermanos tocaban flamenco. Yo desde que nací vi en mi casa siempre gente tocando flamenco, cantando en fiestas. Yo no soy músico estudiado; literalmente soy alguien que vivió la música. El flamenco fue una manera de vivir, fue una relación con la música más que una profesión. Nunca aprendí armonía ni los cánones establecidos de la música. La música la viví, no la aprendí.

AP: Ahora ya no se puede concebir el flamenco sin el cajón. ¿Cómo se siente de haber incluido este instrumento al género?
De Lucía: Es cierto que el cajón se difundió en todo el mundo más a través del flamenco que desde Perú directamente porque de Perú no había salido hasta que yo lo saqué al mundo. Lo del cajón ha sido maravilloso porque ha trascendido a todas los géneros musicales. Cada vez veo más gente que usa cajón en todo tipo de géneros. El otro día vi una noticia que decía que iba a haber un maratón de cajón peruano, donde la gente va a tocar hasta que caiga al suelo y me dio mucha alegría, porque he colaborado en algo. He hecho algo por la música, por el instrumento, por Perú. Me siento muy orgulloso.

AP: ¿Por qué ha dicho que no puede ser críticamente objetivo consigo mismo?
De Lucía: Porque nadie lo es … Siempre, desde jovencito, decía que tenía ganas de tener una edad que me libere y disfrutar de lo bueno. El tiempo pasó pero nunca me curé y ahora soy más crítico conmigo mismo. A mí la prueba me la dio un dato que me ocurrió hace tiempo … Estaba llegando a jugar (fútbol) y una radio comenzó a tocar una canción y durante 15 segundos no me reconocí y dije, «¡Cómo toca ese tío! ¿Quién será?» … Cuando me reconocí hubo como un hit y pasé de decir «¡Qué bien toca» a «Ya sé quien es». Lo sentí tan claro que dejó de gustarme. Eso me dio la medida de que lo que uno siente sobre uno mismo no es real.

AP: Siempre habla de su niñez. ¿Qué tanto de su niñez sigue con usted?
De Lucía: Hablo de la niñez porque, ¡hombre!, la niñez es la época más feliz del ser humano y por otro lado, siempre vamos a ser ese niño evolucionado para el resto de la vida. En la niñez está el estado del poder que muchas veces perdemos o parte de esa pureza la perdemos y nos endurecemos y vamos perdiendo corazón. Me refugio en ese niño porque me ha ayudado a crecer como persona y como músico.

AP: En su biografía oficial dice que es anarquista. ¿Por qué cree importante divulgar este detalle?
De Lucía: A lo largo de mi vida siempre he estado cerca de la izquierda. Si lo analizas, la izquierda es más generosa que la derecha … en concepto. Pero a lo largo de la vida te das cuenta de que hay mucha mentira. Yo no conozco muchos comunistas millonarios que repartan su dinero y cada vez más me desencanto de los políticos; usan tendencias naturales para manipularnos … Pero siempre, por naturaleza, he estado cerca de la justicia. Nunca he sido una persona con un carné de partido en el bolsillo. Hay que ser justo con la gente.

SEMBLANZA
Paco de Lucía


Francisco Sánchez Gómez, de nombre artístico Paco de Lucía, (Algeciras, Cádiz, 21 de diciembre de 1947), es un guitarrista flamenco español. Está considerado como uno de los mejores maestros de la guitarra.

Ha recibido, entre otros muchos galardones, el Premio Nacional de Guitarra de Arte Flamenco, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1992), la Distinción Honorífica de los Premios de la Música (2002), el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (2004). Es Doctor Honoris Causa por la Universidad de Cádiz y por el Berklee College of Music, distinción concedida en mayo de 2010.

Aunque casi toda su obra se desarrolla en el flamenco, ha grabado algunos trabajos en otros estilos, como la música clásica, la fusión de flamenco con el jazz y otros estilos musicales.

Paco de Lucía ha recibido principalmente la influencia de dos escuelas: la del Niño Ricardo, considerado como una de las figuras más destacadas de la guitarra flamenca y el precursor más directo de Paco de Lucía, y la de Sabicas, a quien se considera como el máximo influyente en el desarrollo y perfeccionamiento de la guitarra flamenca como instrumento de concierto (antes, la guitarra era un instrumento de acompañamiento al cantaor).

La contribución de Sabicas en el flamenco es doble: Por un lado, amplía la técnica de la guitarra flamenca (inventó, por ejemplo, la alzapúa en una cuerda y el rasgueo de tres dedos), y por otro destaca como un compositor de categoría, ya que sus obras se caracterizan no por unir falsetas —frases líricas que toca el guitarrista cuando el cantaor deja de cantar—, sino por crear una estructura melódica, rítmica y armónica perfectamente coherente de principio a fin, como en cualquier obra clásica, cosa que en el flamenco nunca se había hecho a excepción de algunas figuras coetáneas (Esteban de Sanlúcar, por ejemplo, en magníficas creaciones como «Mantilla de feria» o «Panaderos flamencos»).

Pocas cosas cabe objetar al toque de Sabicas, que gozaba de una extraordinaria técnica con una amplia sonoridad —muchas veces tocaba en los escenarios sin micrófono— debida a su fuerte pulsación y a la enorme calidad de sus composiciones.

La mejor contribución de Paco de Lucía al flamenco es la de haber conseguido popularizarlo e internacionalizarlo, aunque ello haya supuesto muchas veces una merma de la pureza en el toque. Está considerado como un espléndido intérprete por su virtuosismo y su personalísimo estilo, que se puede definir como vigoroso y rítmico. Este estilo se manifiesta en la calidad de numerosas obras del artista. Entre ellas, «Entre dos aguas» (rumba), «La Barrosa» (alegrías), «Barrio la Viña», «Homenaje al Niño Ricardo» (soleá), «Almoraima» (bulerías), «Guajiras de Lucía» y «Río Ancho» (rumba).