La paciencia es descrita como una actitud, un valor o virtud y un rasgo de personalidad. Que conlleva a la persona a poder soportar contratiempos y dificultades con la finalidad de esperar o conseguir algo valioso. Las personas que tienen paciencia saben esperar con calma a que las cosas sucedan, le dan tiempo. Poseen la capacidad de tolerar la adversidad y la contrariedad con fortaleza.
La paciencia no es de manera necesaria una conducta pasiva ante el sufrimiento. Es fortaleza para aceptar con serenidad las cosas dolorosas y situaciones difíciles en la que la vida nos coloca.
La prisa es lo contrario a la paciencia, ella nos impide disfrutar el tiempo presente. Si deseamos disfrutar momento a momento la vida necesitamos no tener apuros con el tiempo.
La paciencia nos permite un proceder reflexivo que nos accede a observar los problemas con mayor claridad y encontrar una mejor manera de solución. Con ella aprendemos a llevar nuestros males con serenidad. Es considerar que todo en la vida es un proceso y como tal posee etapas y aunque queramos nuestra voluntad, la vida se encarga de decirnos que de esa forma no se puede.
Ella significa que la persona ha desarrollado madurez, y no necesariamente el hecho de encontrarse pasiva ante los diferentes acontecimientos vitales. Imaginemos que ante el evento de gestación humana, la madre no tenga la paciencia de tolerar el tiempo de gestación, tratando de acelerar el mismo. La vida del que viene correrá peligro, además que en cada momento del proceso de embarazo se está conformando, desarrollando y madurando algo específico del feto o embrión.
No significa un simple aguantarse, también la paciencia en ocasiones tiene límites. Siendo pacientes ejercitamos la tolerancia, pero el aguante es algo diferente. Es de considerar que, quién aguanta soporta conductas ofensivas a su dignidad como persona.
La paciencia consiste en una fortaleza que nos permite aceptar con serenidad situaciones dolorosas y eventos de vida difíciles, sean estos grandes o pequeños. Kant, el filósofo de la modernidad, dijo: “La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia la debilidad del fuerte”.
Entre otros variados refranes que hacen alusión a ella encontramos los siguientes:
La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces, proverbio persa/Quien tiene paciencia, obtendrá lo que desea, Benjamín Franklin/ El que sube una escalera debe empezar por el primer peldaño. Walter Scott, escritor británico/ Si he hecho descubrimientos invaluables ha sido más por tener paciencia que cualquier otro talento. Isaac Newton/ No confundas la paciencia, coraje de la virtud, con la estúpida indolencia del que se da por vencido. Mariano Aguiló, poeta español.
En medicina la persona que consulta al médico se le denomina paciente. Se encuentre enferma o no. De esta persona se requiere paciencia, ya que muchas enfermedades causan diversas molestias y también dolor. Y la persona habrá de realizar un proceso que posee diversas etapas: Una entrevista y examen clínico, con la identificación de síntomas y signos. La realización de exámenes de laboratorio, radiológicos y pruebas especiales. Con la finalidad de hacer un diagnóstico que determine una entidad clínica.
De tal manera, que permita realizar un tratamiento y un pronóstico específico. Todo ello necesita paciencia de la persona, no depende de ella todo este proceso. Tampoco se piensa al paciente como un ente pasivo. Ya que éste tiene la libertad de mostrar interés por su situación, cuestionar y plantear preguntas ante la misma. Así como, decidir si acepta o no determinados exámenes y/o tratamientos.