En nuestra juventud, con los amigos discutíamos, con altas esperanzas, si llegaríamos al año dos mil. Dudábamos. El cambio de siglo se veía tan distante, tan reverente y tan enigmático. ¿Cómo sería el año dos mil? ¿Qué tipo de tecnología veríamos? ¿Qué avances veríamos en Guatemala?
El próximo lunes llegaremos a 2007. Jamás imaginamos que existirían computadoras tan pequeñas como una Lap top, en donde cupiera tan fabulosa cantidad de información ni que habría comunicación global a ese nivel.
Menos aún nos imaginamos que existirían micro teléfonos ¡inalámbricos! que cada quien llevaría consigo con la finalidad de realizar o recibir llamadas locales e internacionales. En los años 60 debíamos caminar hasta encontrar una farmacia en donde alquilaban el teléfono a Q.0.05 los tres minutos. Los teléfonos públicos sólo los conocíamos en las películas. En 1970, cuando regresé del extranjero, en el Aeropuerto Internacional La Aurora, había únicamente tres teléfonos públicos de los cuales ninguno funcionaba y no pude avisar a mi familia que estaba de regreso.
La tecnología ha avanzado inimaginablemente en el mundo entero, mientras, los avances en Guatemala han sido pírricos. En la capital, el basurero sigue humeando en el mismo lugar, no muy lejos del Palacio Nacional. El transporte urbano está peor, en lugar de asientos decentes como antes, ahora tienen tablas; los manejan patanes miembros de maras con ayudantes similares y tratan a las personas como si fueran mierda, los autobuses son armas que se descargan contra todo con la impunidad avalada por las autoridades locales y nacionales. El agua escasea en la capital, las capas freáticas han sido abusadas de una manera irresponsable y ultrajante, no existen planes serios para introducción de agua a la ciudad por lo que, algunos expertos dicen que la capital de Guatemala, dentro de pocos años podría convertirse en una ciudad fantasma debido a la falta de agua por el agotamiento freático.
Todo esto durante la administración del tercer mejor alcalde del mundo, quien aparece diariamente en los noticieros enseñando sus buenas obras, por lo que seguramente pagan millones anuales a los medios de comunicación masiva a costillas de… ¿Sabe el lector de quién? Pues de los robos realizados a usted, dentro de otros, por medio de la empresa privada que dirige el tránsito y tiene cuota diaria para poner multas y cepos a como dé lugar. Así como de los robos realizados por medio de consumo de agua, cuyo monto en el canon subió un 500 por ciento y más en algunos sectores, al tomar la silla edil nuevamente el auto nombrado tercer mejor alcalde del mundo.
Cuando jóvenes jamás esperamos ver la involución de nuestra capital en el 2000. Las obras durante 20 años de administración de los mismos cuates incrustados en la Municipalidad han consistido en hacer pasos a desnivel sacados de la manga, sembrar flores donde aún se puede, robar terrenos y bajar del cielo a comerse un tamal con los pobres en Nochebuena.
La ciudad la convirtieron en una pocilga y la ciudadanía… dentro de su propia candidez y mediocridad sigue cegatona. Pero… ¡Feliz Año Nuevo!