Otro adolescente murió apuñalado; van 18 en el 2008


Un hombre observa el arreglo floral ofrecido en una universidad a dos de los jóvenes franceses asesinados en Londres.

La muerte de otro joven hoy en Londres se suma a una larga lista de adolescentes asesinados con arma blanca en la capital británica desde principios de año, que siembra inquietud en la población y que ni la policí­a, ni el gobierno, ni el nuevo alcalde han podido atajar.


Shakilus Townsend, residente en el sureste de la capital, sucumbió hoy de madrugada a sus heridas, tras haber sido apuñalado en el sur de Londres, anunció hoy la policí­a británica.

El adolescente fue encontrado ayer en la entrada de un edificio de oficinas tras haber sido herido con arma blanca.

Su muerte se produjo pocos dí­as después de la de Ben Kinsella, hermano de una actriz de televisión, también de 16 años, apuñalado en la mañana del domingo en Islington, norte de Londres, tras una pelea en un bar.

Varios cientos de adolescentes desfilaron en ese barrio para denunciar la muerte a navajazos del joven, que estaba celebrando el fin de los exámenes.

Los tres jóvenes de entre 18 y 19 años que fueron inculpados de su asesinato comparecieron hoy ante un tribunal londinense.

En mayo pasado, Rob Knox, un actor de 18 años que trabajó en la próxima pelí­cula de Harry Potter, fue apuñalado hasta la muerte durante una pelea frente a un bar londinense.

«Todo el mundo está conmocionado por el nivel de violencia, particularmente entre los jóvenes de Londres», admitió el alcalde de Londres, el conservador Boris Johnson, que asumió su cargo a principios de mayo, ha hecho de la lucha contra la criminalidad juvenil una de sus prioridades.

También el domingo pasado, dos estudiantes franceses de 23 años, Laurent Bonomo y Gabriel Ferez, fueron maniatados y apuñalados cientos de veces en un apartamento del sureste de Londres, que después fue incendiado.

«Jamás he visto heridas parecidas en toda mi carrera», declaró el inspector Mick Suthie, de Scotland Yard, visiblemente afectado. «No dirí­a que es un ataque profesional. Dirí­a que es un ataque frenético, horrible y espantoso».

Ese brutal ataque, y la multiplicación de asesinatos de adolescentes o jóvenes en las calles Londres, con arma blanca, intensificó el sentimiento de inseguridad en la capital y la preocupación de las autoridades, incapaces de atajar un fenómeno creciente que ya no se limita a los barrios desfavorecidos.

La abogada Cherie Blair, esposa del ex primer ministro Tony Blair, que vive en una de las zonas más acomodadas de la capital, admitió hace unos dí­as que tení­a «miedo» de que algo podí­a suceder a sus hijos «cuando están en la calle».

«Como madre, me preocupa lo que pasa, cuando mis hijos están en la calle, y sé que no soy la única», declaró Blair, ante una comisión parlamentaria.

El alcalde reveló esta semana que más de 1.200 personas han sido arrestadas en seis semanas, en una operación lanzada contra las armas blancas en la que se recuperaron 528 cuchillos o navajas.

Y el primer ministro Gordon Brown propuso a principios de mes que se procese a los adolescentes de 16 y 17 años que sean detenidos llevando cuchillos o navajas.

De acuerdo con esa propuesta, los menores de 16 serán primero amonestados y, si reinciden, serán llevados ante los tribunales.

Pero por ahora, las medidas tomadas por las autoridades no han logrado reducir la ola de ataques con arma blanca ni el fenómeno de cada vez más jóvenes con navajas en las calles de Londres.