Otra vez más el conflicto de Las Malvinas


Por este medio, como le prometí­, cumplo, solidariamente con el llamado del compañero antiimperialista Guillermo Guillo, desde la patria de José de San Martí­n, para que los ciudadanos de Nuestra América, repudiemos el enésimo atropellamiento de la pérfida Albión a la soberaní­a de la República Argentina sobre las Islas Malvinas. Y mi protesta no sólo es como mesoamericano sino como guatemalteco, pues nuestra tierra del Quetzal también ha sido despojada por ese mismo imperio de grande parte de su territorio, desde el siglo XVIII, lo que es hoy Belice.

Alfonso Bauer

Los habitantes indo-afro-iberoamericanos de este Continente no debemos olvidar nunca las agresiones de esa potencia avorazada, secularmente autora intelectual y material de vandálicas conquistas en todo nuestro planeta, en Oceaní­a, Asia, ífrica y América, así­ como las de su engendro en el Hemisferio Occidental, o sea el imperio del Tí­o Sam, que, a la fecha, le aventaja en la codiciosa polí­tica de apoderamiento de naciones y de los recursos naturales y riquezas, de éstas, en todo el orbe.

Sin embargo, esa competitividad no les ha distanciado ni enfrentado. Por el contrario, cada vez que la Argentina es amenazada o agredida por el Reino de la Gran Bretaña, el gobierno de Washington, contando con el apoyo del Senado y Congreso de los Estados Unidos de América, en vez de apoyar las justas reclamaciones de la Argentina, invariablemente ha estado al lado de su antiguo amo imperial, como lo sigue estando en estos momentos.

Los pueblos de Nuestra América y sus Estados, en estrechamiento unidos debiéramos, exigirle al Imperio norteño del continente, proceda como debe hacerlo, y condene esa intervención foránea, europea, en territorio americano. Decimos lo anterior, porque los EE.UU. están obligados a ser solidarios con el conglomerado de paí­ses miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA). En efecto, la OEA fue creada en 1948, para sustituir a la Unión Panamericana, con la intención de propiciar una unión hemisférica, conforme la cual, el Estado más desarrollado y poderoso debí­a ser un aliado leal del resto de Estados, de manera que en caso de una posible amenaza a la soberaní­a de alguno de los Estados miembros, por potencia extranjera, los Estados Unidos de América deberí­an coadyuvar con el paí­s amenazado o ya ví­ctima de la agresión, en contra de la potencia agresora. Pero los Estados Unidos, nunca han actuado de esa manera, por su idiosincrasia imperialista, sino por el contrario, desde un principio convirtió a la OEA en su «Departamento de Colonias Americanas» y por ello su ave heráldica, el íguila, al igual que los halcones que gobiernan, optaron por hacer causa común con el León británico que con el Cóndor sudamericano.

Pero volviendo al vehemente llamado del docto compañero argentino Marcelo Guillo, para que los hermanos de Nuestra América estemos con el noble pueblo de las pampas, en defensa de sus recursos petroleros en el litoral del archipiélago de las Islas Malvinas, de los que se quiere apoderar el Imperio británico, saludemos y sumémonos a la advertencia del patrocinador de la Alianza Bolivariana (ALBA), presidente de Venezuela, Hugo Chávez que le ha hecho saber a la Reina de Inglaterra: «Mira tu Inglaterra, ¿ hasta cuando vas a estar tú en las Islas Malvinas? Reina de Inglaterra a ti te hablo (debemos decirle «te hablamos»). Reina de Inglaterra ya se acabaron los imperios, ¿no te has dado cuenta Reina de Inglaterra? Devuélvele Las Malvinas al pueblo argentino».

Y todos los indo-afro-iberoamericanos desde México hasta la Tierra del Fuego, estamos contigo bolivariano Hugo.