Otra vez, las drogas


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“Foreign financial aid is taken from the poor of rich countries and given to the rich of poor countries”. Ambassador Bolton- USA/UN.

En relación a las diferentes facetas de las drogas, adicción, tráfico, embodegado, fabricación y venta  macro y al  menudeo, las discusiones siempre regresan a partir de las consideraciones económicas y a la cantidad de dinero invertido, por años, en la lucha abierta para evitar los efectos que cito. Todos los comentarios llegan a discutir si  deben o no  legalizarse las drogas.

Raymond J. Wennier

 


 Estoy de acuerdo con que la “mafia” detrás de las drogas no sólo está operando como una empresa sino que se ha metido en todas las instituciones de la sociedad. Es increí­ble saber de personas individuales y de instituciones privadas y gubernamentales que tienen algo que ver con las drogas, ya sea consumir o formar parte de la cadena de producción o negociación de estas. Parte de la discusión acerca de las mismas, es la presentación de las estadí­sticas económicas y geográficas del movimiento, hacia dónde van y otras estadí­sticas acerca de la población usuaria en las regiones de mayor mercado. ¿Qué pasarí­a realmente si se legalizan las drogas de todo tipo? Alguien recientemente comentó que habrí­a mejor calidad de drogas. Ya existe una excelente calidad en las que venden en las farmacias y que no necesitan receta médica. Para ellas no hay prohibición, pero sí­ hay aumento en su consumo. ¿Entonces? Tal vez el concepto de trasfondo de mejor calidad de las drogas es que los consumidores podrí­an consumir más de mejor calidad y así­ más personas podrí­an morir de sobredosis. ¿Quién lo sabe? Lo cierto es que nadie, ni personal ni institucionalmente tiene la respuesta correcta. Este fenómeno involucra la complejidad del ser humano y sus debilidades. Mantengo que la misma cantidad de dinero gastado en la lucha contra, tiene que ser invertido en la prevención, lo que incluye la enseñanza a la persona para que se conozca mejor y cómo reacciona ante situaciones que surgen en su vida y le causan un desequilibrio del cual puede resultar que la persona busque refugio en el consumo o en otra faceta relacionada con las drogas. Como hablé al principio sobre estadí­sticas (económicas) y luego sobre la persona (humanismo), quiero compartir los resultados de un estudio publicado en junio de 2,011 titulado “Adolescent substance use: America´s # 1 Public Health Problem” del “Center on addiction and substance abuse (CASA)” de la Universidad de Columbia, USA. Los siguientes datos son tomados del estudio en mención. “Nueve de cada diez (9/10) americanos que son adictos, según el criterio médico, se iniciaron fumando, bebiendo licor o usando otras drogas antes de los 18 años de edad. Los años de la adolescencia son un perí­odo crí­tico en los que pueden iniciarse en uso de las drogas y sufrir sus consecuencias. La adicción es una enfermedad con sus orí­genes en el adolescente. El aún no desarrollado lóbulo pre frontal del cerebro del adolescente, lo hace más propenso a tomar riesgos incluyendo el uso de drogas que interfieren con el desarrollo cerebral, arruinan el juicio y aumentan la posibilidad de resultar adicto a las drogas. Setenta y cinco por ciento (75%) de todos los estudiantes de secundaria ha usado sustancias adictivas. Uno de cinco de ellos, llena el criterio médico de ser adicto. Actualmente el cuarenta y seis (46%) de todos los estudiantes de secundaria, usa sustancias adictivas. Uno de cada tres de ellos llena el criterio médico de ser adicto. La cultura americana propicia el uso de sustancias adictivas en los adolescentes. Las influencias sociales, la publicidad de productos, la media (TV., ví­deos, prensa hablada y escrita ) enseñan que el uso de drogas es glamoroso, divertido y relajante. Cuarenta y seis por ciento (46%) de niños y adolescentes menores de diez y ocho años de edad, vive en un hogar donde un adulto consume algún tipo de droga en exceso (fumar, ingerir alcohol, drogas recetadas-medicinas, drogas ilegales). El informe de CASA dice que el consumo de drogas por adolescentes es una epidemia de salud pública para millones de adolescentes. Las externalidades negativas del consumo de drogas son accidentes, embarazos no deseados, asma, depresión, ansiedad, mala función cerebral, bajo rendimiento escolar, involucramiento criminal y finalmente la muerte. El problema del uso de sustancias adictivas en los adolescentes no es que no sabemos qué hacer, sino es que no estamos actuando, dice Susan Foster, vicepresidenta de CASA. El costo del uso de drogas por adolescentes para la Salud Pública Americana, es de $1 mil 500 (un mil quinientos dólares) por persona, $468 billones (cuatrocientos sesenta y ocho billones de dólares)  al año”. Estas estadí­sticas tienen que ser tomadas en cuenta cuando se discute la conveniencia o no de legalizar las drogas. Estamos hablando del efecto de las drogas en personas, en seres humanos. La lucha contra las drogas es humana además de económica. Si los pobres de los paí­ses ricos aportan su dinero para ayudarnos, ¿no serí­a también  justo que esa ayuda se utilice para prevenir que en especial, los pobres de nuestro paí­s no caigan en el uso y abuso de las drogas? Es tiempo de repensar nuestras acciones,  atender  a nuestros jóvenes adolescentes, es tiempo de ver la vida de frente, de ser padre y madre y no cuates de nuestros hijos. Es tiempo de saber que el adolescente es un ser en proceso de formación que necesita un modelo a seguir. Que la ayuda financiera, que cuesta al que paga impuestos en su paí­s, se utilice en la prevención y no en la curación de una epidemia que ya está afectando a nuestros adolescentes.