Otra mujer violentada


El viernes 28 de mayo, Eluvia Margarita Herrera integrante y comunicadora de la Red de Mujeres Ixhiles de Nebaj, Quiché, fue atacada en la ví­a pública de ese municipio, mientras se dirigí­a a su domicilio. De acuerdo con los datos consignados en la denuncia, ella fue embestida por un tuc tuc que era conducido por un hombre acompañado de otras tres personas y una vez en el piso intentaron atropellarla hecho que ella pudo evitar afortunadamente.

Claudia Navas Dangel
cnavasdangel@yahoo.es

Fruto de la caí­da ella sufrió golpes en la cabeza y en todo el cuerpo por lo que fue atendida en el Hospital de Nebaj donde fue dejada en observación ya que se encuentra embarazada.

Este hecho no es aislado, ya que esta institución y sus representantes han sido atacadas en numerosas oportunidades. Es evidente que una acción como esta pretende frenar el trabajo que se realiza en la organización ya que además de propiciar la participación polí­tica de las mujeres ixhiles, desde el mes de febrero de este año impulsa acciones a favor de la vida sin violencia para las mujeres desde el Centro de Atención Integral Ix.

Aprovecho este espacio de opinión para solidarizarme con ellas, mujeres emprendedoras, valientes y dignas y hacer pública por esta ví­a la agresión, solicitando a las autoridades pertinentes que se investigue el hecho para que no quede en la impunidad.

Es lamentable que este tipo de hechos sigan sucediendo en el paí­s, que los grandes esfuerzos que se realizan en las comunidades se vean amenazados por la prepotencia, la violencia y el miedo que estos guardianes del despotismo pretenden infundir en las personas, valiéndose de bajas acciones, de ciertos poderes y de la inseguridad que reina en el paí­s.

Diariamente en Guatemala muchas mujeres son violentadas y asesinadas quedando nada más como una nota en la sección de sucesos, una lápida más en los cementerios y un dato que engorda las estadí­sticas de archivos que jamás serán investigados. Por eso mismo, criminales, porque no hay otra forma de llamarlos, se aprovechan y actúan sin temor alguno amedrentando a quienes trabajan por la transformación del paí­s y el ejercicio de una vida digna.Â