Otra entelerida defensa de la CC y de las tabacaleras  


Algunos de mis contados lectores recordarán que el 21 de octubre anterior publiqué un artí­culo que criticaba la falta de responsabilidad social y moral de los magistrados de la Corte de Constitucionalidad, porque basados en la letra muerta de la ley, resolvieron puntillosamente declarar con lugar un recurso planteado por la industria tabacalera trasnacional que opera en Guatemala, para dejar de pagar impuestos por Q134 millones, de los cuales Q18 millones destinados al Ministerio de Salud.

Eduardo Villatoro

Presenté una somera explicación de los daños fatales que implica el hábito de fumar, al extremo de que 5 millones de fumadores mueren anualmente en el mundo, incluyendo miles de guatemaltecos. El 23 di a conocer que la tabacalera beneficiada con la resolución de la CC, estaba anuente a llegar a un arreglo con el Estado, para pagar impuestos. El sábado 6 de noviembre publiqué un artí­culo titulado «Pusilánime defensa oficiosa de magistrados de la CC», en el que señalaba al columnista Aquiles Pinto Flores, de Prensa Libre, quien, sin mencionar nombres, aseveró que un «interlocutor» suyo que trabaja en la Corte le habí­a dado valiosa información.

Luego, el lunes 15 de noviembre me referí­ a una «aclaración» del magistrado Alejandro Maldonado Aguirre, quien se hace el papo porque ni niega ni acepta que él fue el «interlocutor» que le pidió a Aquiles que saliera en defensa de los magistrados de CC, sino que fantasea en torno a «su honorabilidad y conciencia tranquila». Aparte, un editorial de La Hora se refirió al «enorme favor» que la CC le hizo a las empresas tabacaleras, al dejar sin efecto el impuesto que pagaban. Señaló que en Guatemala «la industria tabacalera ha comprado y sobornado a distintos poderes para evitarse el pago de impuestos». Agregó que «esa industria no se detiene ante nada ni mucho menos frente a consideraciones éticas» y precisó: «Nuestro colega Eduardo Villatoro ha comentado la desfachatez de una defensa oficiosa de la CC en columna de prensa, lo que lejos de ayudar a limpiar el nombre de la Corte, demuestra los intereses que hay en juego porque recurre a argucias para realizar esa defensa de lo indefendible», añadiendo que: «La industria del tabaco ha comprado y sobornado a distintos poderes para evitar el pago de impuestos».

Por su parte, el abogado y columnista Luis Fernando Molina dijo que es insólito que un magistrado de la CC tenga que recurrir a periodistas para que salgan en su defensa, y me felicita por mi posición: «clara y valiente»; mientras que las agencias de la OMS/OPS y diversos grupos que velan por la salud de los guatemaltecos criticaron la resolución de la CC.

El lunes pasado Aquiles, después de divagaciones equivocadas sobre la amistad, finalmente aceptó que el anónimo «interlocutor» es el magistrado Maldonado Aguirre, quien le proporcionó información, pero como «no la entendí­» solicitó ayuda de uno de sus hijos. Dice que recibió «calificativos impropios» de Villatoro, «quien no pudo llamarme o escribirme previamente para confirmar o disipar sus dudas». ¡Ve que de a petate! ¿Y por qué Aquiles no hizo lo propio antes de escribir su alfombrada defensa de la CC?

Fiel a su estilo de imprecisión, Pinto Flores acude a la falacia de salirse por la tangente, porque en vez de reforzar su defensa de la CC y la industria tabacalera, asevera que la actitud de Luis Fernando obedece a que Aquiles criticó a la anterior Corte Suprema de Justicia, de la cual Molina era magistrado «y soñaba con ser su presidente».

¡Qué débil y entelerida defensa de la CC, de Maldonado Aguirre y las transnacionales tabacaleras!

 

(El magistrado Romualdo Tishudo, después de felicitar a los republicanos del Barí§a, que chamarrearon a los monárquicos del Real Madrid, cita a Aristóteles: -Sócrates es mi amigo, pero yo soy más amigo de la verdad).

Â