Los líderes de la OTAN rechazaron hoy en su cumbre de Bucarest otorgar a Georgia y Ucrania el estatuto de candidato oficial a la Alianza Atlántica, aunque les prometieron una futura adhesión, lo que equivale a un compromiso entre la posición estadounidense y la de algunos aliados europeos.
La decisión fue celebrada como una victoria por esos ex países soviéticos y criticada por Rusia.
En su tercera cumbre en un país del ex bloque comunista, la OTAN decidió por otra parte invitar formalmente a Albania y Croacia a adherirse, y frenó en cambio las aspiraciones de Macedonia, que deberá resolver el problema bilateral que la enfrenta a Grecia por su nombre antes de ingresar a la Alianza.
Tras duras negociaciones hasta el último minuto entre defensores del «sí», encabezados por el presidente norteamericano George W. Bush, y partidarios del «no», liderados por la canciller alemana Angela Merkel, los 26 miembros de la OTAN alcanzaron un difícil compromiso sobre Georgia y Ucrania.
«La OTAN saluda las aspiraciones euroatlánticas de Ucrania y Georgia y los dirigentes de la OTAN se comprometieron a que esos dos países se conviertan un día en miembros de la Alianza», declaró el secretario general de la organización, Jaap de Hoop Scheffer, al leer el texto acordado.
De este modo, Bush no logró imponer su pretensión de que Georgia y Ucrania fuesen admitidos como candidatos en Bucarest, aunque se aseguró al menos en su cumbre de despedida que las dos ex repúblicas soviéticas tengan un futuro euroatlántico.
Para Georgia, el resultado de la cumbre fue «histórico». «Se tomó la decisión de aceptar que avanzamos hacia una adhesión a la OTAN y consideramos esto como un éxito histórico», declaró el ministro georgiano de Integración Europea, Giorgi Baramidze.
De su lado, el presidente ucraniano, Viktor Yuchenko, calificó de «victoria» la promesa de la OTAN, destacando que la decisión de la Alianza de aplazar la concesión a Kiev del estatuto de candidato oficial respondía a un «compromiso político».
En cambio, Rusia advirtió que la entrada de Georgia y Ucrania en la OTAN constituirá «un error estratégico» que traerá «consecuencias muy serias» para la seguridad en Europa, según su viceministro de Relaciones Exteriores, Alexander Gruchko.
En cuanto a los Balcanes, Croacia y Albania se convertirán en los socios 27º y 28º de la OTAN, mientras que Macedonia vio frenadas sus aspiraciones a pesar de ser candidato desde 1999.
«Se hará una invitación en cuanto se alcance una solución aceptable por ambas partes», dijo una responsable de la OTAN, en referencia al caso de Skopje.
Macedonia quiere ser conocida internacionalmente como República de Macedonia, pero Grecia se opone a ello, afirmando que esto podría implicar pretensiones territoriales sobre su región septentrional del mismo nombre.
Bush saludó hoy la invitación formulada a Albania y Croacia y lamentó que no haya ocurrido lo mismo con Macedonia, afirmando que el proceso de ampliación de la OTAN continuaba, sin mencionar a Georgia y Ucrania.
Durante la plenaria de hoy, el presidente francés Nicolas Sarkozy confirmó, por otra parte, el envío de un batallón adicional de 700 soldados al este de Afganistán para reforzar la misión de la OTAN en medio de la complicada situación en esa zona y en el sur del país ante la resistencia talibán.
La Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), liderada por la OTAN desde 2003, cuenta actualmente con 47 mil hombres de 39 países y debería aumentar sus efectivos a 50 mil, gracias a los refuerzos prometidos por once países.
Al margen de la cumbre, Estados Unidos y la República Checa llegaron a un acuerdo para instalar en territorio checo una parte del escudo antimisiles norteamericano, anunciaron hoy ambos países en un comunicado conjunto.
Esta cuestión promete dar que hablar en la reunión inédita que mantendrá la OTAN mañana con el presidente saliente ruso, Vladimir Putin.
Por último, los líderes de la OTAN acordaron que su próxima cumbre tenga lugar en abril de 2009 en Estrasburgo y Kehl, en la frontera franco-alemana, coincidiendo con el 60º aniversario de la Alianza Atlántica.
Esta cumbre podría ver a Francia reintegrarse al mando militar de la OTAN, abandonado en 1966 por decisión del general Charles de Gaulle, según indicó Nicolas Sarkozy.
El presidente norteamericano George W. Bush sólo alcanzó una parte de sus objetivos en la cumbre de la OTAN en Bucarest, obteniendo un reforzamiento del compromiso de sus socios en Afganistán, pero fracasando en su esfuerzo para ampliar la Alianza Atlántica en plena lucha de influencia con Rusia.
Bush también consiguió que la OTAN apoye el proyecto de escudo antimisiles, otro objeto de discordia con Rusia.
En un periodo de delicadas relaciones entre Washington y Moscú, no puede negarse el protagonismo de Rusia a la hora de que la la OTAN rechazase hoy otorgar de manera inmediata el estatuto de candidatos oficiales a la adhesión a Georgia y Ucrania.
Antes de la cita de Bucarest, Bush había hecho una intensa propaganda a favor de esas dos ex repúblicas soviéticas, hoy en día aliadas de Estados Unidos.
Su portavoz Dana Perino había indicado que Bush no buscaba «nada por debajo» de ese estatuto de candidatas.
De este modo, y al igual que la OTAN, el presidente norteamericano se expuso al reproche de haber cedido a las presiones de Rusia, poco antes de las entrevistas que mantendrá con su homólogo ruso Vladimir Putin en Sochi, a orillas del Mar Negro.
Bush puede seguir haciendo valer el hecho de que la Alianza Atlántica invitó a Albania y Croacia a adherir.
También puede decir que la OTAN se comprometió a que Georgia y Ucrania integren «un día» la Alianza, ofreciéndoles así el «camino claro» que había reclamado para esos dos países.
Al saludar la invitación hecha a Albania y Croacia, pasando por alto los nombres de Georgia y Ucrania, Bush pareció enviar un mensaje a Rusia: «En el momento en que invitamos a nuevos miembros, decimos claramente que el progreso de la ampliación continuará», indicó.
No se trata de una «derrota» de Bush antes de sus entrevistas con Putin, había dicho anoche un alto responsable de la administración norteamericana, cuando se vislumbraba que la oposición liderada por Alemania bloquearía a Ucrania y Georgia.
El gobierno norteamericano insiste en el hecho de que la OTAN mantiene su puerta abierta y que está de acuerdo en negar todo derecho de veto externo sobre sus decisiones, empezando por Rusia.
La hostilidad de Rusia ante la extensión de la OTAN hasta sus puertas y la inquietud sobre el equilibrio estratégico en Europa son para muchos las dos razones principales de la oposición de Alemania y Francia, en momentos en que el conflicto por la independencia unilateral de Kosovo y la defensa antimisiles ya tensan las relaciones.
En efecto, el proyecto de Estados Unidos de instalar antes de 2012 diez lanzamisiles interceptores en Polonia y un radar ultramoderno en República Checa es visto por Rusia como una amenaza.
Esta cuestión se anuncia como uno de los principales temas de discusión entre Bush y Putin este fin de semana.