«Oro de cobre» de Elisa Rodrí­guez Chávez


«Oro de cobre» se publicó hace 45 años, en 1965. Abordó un tema poco o nada atendido por la narrativa guatemalteca, como es el de la confrontación polí­tico académica en torno a movimientos innovadores y reacciones estacionarias en los claustros universitarios. Aun ahora, es un tema inexplorado en la literatura nacional.


Se trata, pues, de una novela de fondo académico con todo lo humano que gravita en torno a dicho eje y que, por lo mismo, provocó pasiones en contra y a favor entre sectores que se sintieron aludidos, pese a que el proemio de la autora enfatiza lo contrario: la despersonalización de los hechos. Unos vieron fantasí­a, otros realidad.

Ciertamente, puede no ser un retrato, aunque se trata de una vida que la autora compartió integralmente, momento a momento, durante varios años en una Facultad de la Universidad de San Carlos. La autora, sin embargo, deja por aquí­ y por allá alguno que otro indicio que permite identificar de alguna manera los rasgos inventados con algún personaje cuyas caracterí­sticas dan cuerpo al argumento.

Elisa Rodrí­guez Chávez es artista por naturaleza y ancestro. Pianista por formación académica, con vocación por la poesí­a, surge ahora en el campo de la novela, siguiendo los pasos de una pléyade de hombres de letras que han prestigiado grandemente a Guatemala: Virgilio Rodrí­guez Beteta, abuelo, abogado, diplomático y, sobre todo, historiador, además de cuentista y periodista. Virgilio Rodrí­guez Macal, su padre, el original narrador guatemalense, pero esencialmente novelista que cubrió el universo con sus obras.

A los 22 años, Elisa Rodrí­guez habí­a escrito varios cuentos y, además, tres novelas, dos de ellas con galardones: «La cárcel de su cuerpo», con el Premio íšnico de los Juegos Florales de Quetzaltenango, de 1962, y «Oro de cobre», con honores en igual certamen.

En cuento también ha recibido varios galardones. Con la pieza literaria «La tormenta», obtuvo el primer premio en los Juegos Florales de Jutiapa y con la obra «Dipsómano», el único premio en cuento, segundo en prosa, en los Juegos Florales de Escuintla.

La intimidad de la vida universitaria de Guatemala sirvió de inspiración para «Oro de cobre», una novela escrita, según advierte la autora, no sólo para entretener, sino también para ser portadora de un mensaje. Con ello, la obra está dedicada a Guatemala, un hecho que ha constituido verdadera tradición en esta familia de escritores.

Rodrí­guez Chávez, Elisa. «Oro de cobre». Segunda edición. Guatemala: Universitaria, 2010. 311 páginas. ISBN: 999396760-2