A sus 50 años, la Oficina de Reconocimiento Nacional —un organismo ultrasecreto— ha dejado atrás un traspié de miles de millones de dólares y orienta sus satélites espía hacia los nuevos enemigos, los cuales van desde colocadores de bombas de al-Qaida hasta los ingenieros nucleares norcoreanos, según el titular.
El organismo (NRO por sus siglas en inglés) ha lanzado seis satélites en siete meses, «lo mejor que hemos hecho en 25 años», dijo el director Bruce Carlson, quien describió esos sucesos como hitos en desacostumbrados comentarios a la prensa.
Se acredita que fue crucial la información recabada con los satélites Mirada de Gorgona de la NRO para preparar la operación del comando SEAL de la Armada contra Osama bin Laden y para dirigir los movimientos de la OTAN y las fuerzas rebeldes en Libia, dijo Carlson. La gorgona era un ser de la mitología griega que podía petrificar a quien osara mirarla.
La NRO fue fundada el 6 de septiembre de 1961, durante la Guerra Fría, para espiar a la Unión Soviética, China y otros enemigos en la lucha de Estados Unidos contra el comunismo. En la actualidad, la NRO utiliza satélites para la detección de bombas colocadas en caminos en Afganistán.
Esta información constituye una asistencia dentro de la campaña contra lo que podría describirse como el arma mortal más efectiva del enemigo en la guerra más reciente de Estados Unidos. La NRO todavía espía a Rusia y China.
Carlson, ex general de la Fuerza Aérea, tuvo una franqueza vertiginosa en torno a los errores recientes de la NRO, a decir, la elaboración apresurada de un proyecto de ley por miles de millones de dólares para el desarrollo del fallido programa de satélites «Arquitectura de Imágenes del Futuro» (FIA por sus siglas en ingles). El programa fue concebido para crear una generación nueva de satélites ópticos y de radar más pequeños y baratos.
El programa Boeing, en cambio, jamás despegó literalmente. Carlson lo llamó un «error colosal» y aunque no entró en detalles dijo que «está de nuevo en funcionamiento».
El FIA ocurrió antes de la supervisión de Carlson, pero la lección sirvió. Las autoridades de espionaje estadounidense afirman que Carlson es igualmente franco con los contratistas que ahora supervisa.
En los aspectos en los que se les permitía rezagarse en la entrega de nueva tecnología, Carlson amenazó con cancelarles los contratos y pedirles que se marcharan, dijo un funcionario de espionaje estadounidense que solicitó el anonimato para hacer declaraciones sobre asuntos del sector.
Cuando Carlson en primer lugar entregó sus misivas «dejó bocas abiertas», dijo el funcionario y la actitud cambió.
Incluso hace un par de años, más de 30% de todos los contratos de la NRO tenían un desempeño deficiente, dijo Carlson, pero ahora todo está «en el contrato y en el precio».
Carlson examina sus consideraciones para lo que tendrá que recortar si el Congreso le reduce el presupuesto anual y afirmó que sacrificará operaciones y mantenimiento para mantener el mismo número de personal y proteger la investigación científica y tecnológica del futuro que trabaja en el equipo de próxima generación de los satélites y en el equipo futurista que llevan esos aparatos.
«Tenemos que proteger a nuestra gente, al núcleo de personas de nuestra misión», dijo Carlson.
El organismo ha aprendido a arreglárselas con lo que tiene, dijo.
«Tenemos arriba satélites que son muy viejos, tienen una década, cuando sólo debían haber estado en servicio tres o cuatro años» que fueron diseñados para captar telecomunicaciones soviéticas durante la Guerra Fría, expresó Carlson.
«Estos aparatos ahora captan llamadas telefónicas o señales de radio de pulsación para hablar fuera de la zona de guerra».
Esas señales se utilizan para «geolocalizar» fuentes que representen una amenaza. Un programa crucial de la NRO, llamado Red Dot (Punto Rojo), está abocado a la ubicación de bombas improvisadas, que se utilizan principalmente para atacar a efectivos estadounidenses en la zona de guerra.
Red Dot se utiliza en la vigilancia de caminos en Afganistán debido a las señales electrónicas que emiten los transmisores diseñados para activar los explosivos. Esas señales son dirigidas «en unos minutos» a otras redes de inteligencia desde dirigibles de observación, aviones robot y aviones espía.
La misma tecnología es utilizada para detectar las transmisiones por radio del Talibán a fin de ubicar su procedencia con una precisión de apenas unos cuantos metros, dijo Carlson.
Carlson dijo que el programa Red Dot, en funcionamiento durante seis meses, tiene una «eficacia de casi 80%» en la detección de bombas.
Aunque todavía tenemos una pérdida inaceptable» a causa del estallido de artefactos explosivos improvisados (IED por sus siglas en inglés) «inutilizamos bastantes de ellos», afirmó.
La NRO mantiene como misión central la detección de amenazas de largo plazo, como determinar cuán lejos ha avanzado el programa nuclear de Corea del Norte.
«Son muy astutos (los norcoreanos)», dijo Carlson. «Trabajan con mucha intensidad para engañarnos».
Los rusos y chinos suponen el mayor desafío a la superioridad espacial estadounidense debido a que aglomeran las órbitas bajas con sus lanzamientos de satélites, lo cual podría propiciar un conflicto, señaló Carlson.
«La filosofía militar (de China) se remonta a hace cuatro mil años», dijo. Los chinos creen en la estrategia del engaño. Mi preocupación principal es la intención que tengan».
A fin de enfrentar cualquier intención hostil, Carlson expresó su deseo de que se construyan sistemas satelitales modernos de detección periférica —hacia los lados, hacia el espacio y hacia la Tierra— el cual permita reaccionar ante cualquier amenaza en el espacio, en caso de que los protagonistas cambien de juego en la Tierra.