Orden del Arrayán de Fundación G&T Continental


Grecia Aguilera

El acto de imposición de esta preciada medalla se efectúo el pasado 28 de octubre de 2009, en el Salón de Recepciones del Palacio Nacional de la Cultura, y fue otorgada a don Jorge Castañeda Cofiño por su invaluable apoyo a las diferentes manifestaciones artí­sticas y culturales de Guatemala, y también al Centro Cultural Casa Santo Domingo, por su extraordinaria labor en el rescate y divulgación del patrimonio cultural de Guatemala. La palabra arrayán proviene del idioma árabe «Ar-Ryhan» o «Rihan», que significa «el aromático», y en latí­n se le denomina «myrtus communis», es decir mirto. El arrayán es un arbusto que ha sido valorado desde los tiempos de la antigua Grecia. Cuenta la leyenda que a la diosa Afrodita se le debí­a agregar a su collar una perla de la Anadromena para hacer realidad las peticiones de los enamorados. Siendo imposible conseguir algo semejante, los amatorios recurrieron a colocarle en ofrenda el aromático fruto del arrayán, como sí­mbolo de virtud y prosperidad. En Guatemala este maravilloso arbusto se desarrolla en los departamentos de Alta y Baja Verapaz y Petén, donde los habitantes de estas regiones hierven sus semillas, obteniendo una cera de color verde musgo con la que elaboran candelas, las cuales proporcionan una luz durable y refulgente. Pensando en esa luz esplendorosa y brillante, Fundación G&T Continental nominó a su máximo galardón, «Orden del Arrayán», comparando la luz de sus velas con la tea rutilante de quienes dignifican la creación artí­stica y la cultura en nuestro paí­s. El licenciado Estuardo Cuestas Morales, directivo de Fundación G&T Continental, fue quien hizo entrega de las distinciones a los homenajeados: don Jorge Castañeda Cofiño, el «mecenas» de Guatemala, como hubiese dicho en algún momento mi señor padre, el insigne literato don León Aguilera. Esta palabra, mecenas, proviene del nombre del personaje romano Cayo Mecenas, quien fue protector, defensor y patrocinador de los artistas de la época. El espí­ritu emprendedor y resuelto de don Jorge, lo ha llevado a comprender a cabalidad el sendero del arte, maravillosa inspiración que nos dignifica a los seres humanos. En sus sensitivas palabras de agradecimiento describió con gallardí­a y seguridad las etapas de su vida, en las que jamás se ha extinguido la luz en la vereda de su destino. La presea otorgada al Centro Cultural Casa Santo Domingo fue recibida a su vez por su gerente general, licenciado Diego Castañeda Arimany. Esta magní­fica edificación inaugurada en 1989, brota en el tiempo para rescatar y preservar el patrimonio arqueológico del lugar. En ella va y viene el péndulo de un ciclo sin tiempo que nos traslada al presente-pasado, porque el centro cultural todo él es historia, porque se encuentra situado en lo que fue en 1667 el convento y el templo de Santo Domingo. Se enorgullece entonces Fundación G&T Continental, dirigida hoy por Flor de Marí­a Orellana de Obregón, de haber celebrado la séptima entrega de la «Orden del Arrayán» a quienes han trabajado por el arte y la cultura en Guatemala, mi paí­s, al que dedico los siguientes versos de mi inspiración: «Arrullan las cordilleras/ el peregrinar de las nubes/ y la humedad de la floresta/ vibra en mis manos/ como selva misteriosa/ multitudes de luciérnagas/ encienden el paisaje./ Helechos enroscados/ en los brazos de los árboles/ entonan madrigales/ avistan los gecos/ el amanecer./ Recubiertas de oro/ las milpas respiran/ el aire de los siglos./ Guacamayas verdeazules/ deambulan en los valles/ la montaña devorada/ en súbita oscuridad/ duerme en sordo clamor/ rodeada de abismos/ de polen, hierba y véspero/ viento y horizonte/ petatí­o de musgo/ aroma y sol.»