Orden de Malta, beneficencia cuestionada


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La Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, mejor conocida como la Soberana Orden de Malta, es una de las más antiguas agrupaciones religiosas católicas, fundada en el año de 1048 y reconocida en el mundo como un ente independiente de Derecho Internacional.

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POR MANUEL RODRÍGUEZ
mrodriguez@lahora.com.gt

Su misión está definida en “la defensa de la Fe y el servicio a los pobres” a través de la asistencia humanitaria, pero no escapa de los señalamientos de corrupción.

En el caso de Guatemala, según el sitio Orderofmalta.int, la aparición de dicha Orden se remonta a 1984, cuando se diseñó un programa de asistencia hospitalaria enmarcado en un Acuerdo Bilateral de Cooperación suscrito el 10 de enero de 1986, dando inicio a la ayuda de esta misión en el campo de la salud pública.

Desde la implementación de este programa hasta la actualidad, la Orden de Malta ha gestionado donaciones a favor de Guatemala que incluye medicamentos, equipo hospitalario, elementos de cirugía menor, alimentos, etc., distribuidos de manera gratuita a través de la red hospitalaria nacional, centros privados de asistencia benéfica, parroquias y Consejos Comunitarios de Desarrollo. 

Se estima que la asistencia llega a más de dos mil entidades de ayuda a nivel nacional, en donde las personas con escasos recursos son las beneficiarias con productos como alimentos, equipo y suplementos hospitalarios, nutricionales, medicamentos, a los discapacitados sillas de ruedas, andadores, ropa y semillas para la creación de huertos familiares.

EL REPORTE

El pasado mes de febrero, la misión diplomática de la Soberana Orden de Malta acreditada en Guatemala había sido seriamente cuestionada sobre su labor en el país, debido a un reporte de la cadena internacional de noticias CNN, que investigaba el paradero de una supuesta serie de donativos de medicamentos y artículos de asistencia enviados a Guatemala, gestionados presuntamente a través de la institución.

Según el informe, existían documentos que mostraban la donación en insumos y medicinas valoradas en US$40 millones en 2010, a 15 organizaciones benéficas que brindan asistencia en salud a comunidades rurales del país.

Los documentos revelaron que Charity Services International, una compañía del Estado de Carolina del Sur, EE. UU., afirmaba haber enviado cerca de US$40 millones en medicamentos y otras donaciones a nombre de estas organizaciones, sin que hasta el momento se pruebe en qué se invirtieron estos recursos o se dé con el paradero de los mismos.

Al respecto, el excanciller guatemalteco Gabriel Orellana, opina que lo único cierto de la denuncia planteada es que invita a una investigación más profunda sobre el rol de la ayuda internacional en el país, pero que en ningún momento se puede considerar dicha acusación como definitiva, pues para toda embajada acreditada, que goza de privilegios y exenciones fiscales, el canal de comunicación es la Cancillería y en ese entonces no observó algún comportamiento anómalo.

“La información de CNN debe ser corroborada por los mecanismos legales guatemaltecos adecuados. La presencia de la Orden de Malta es interesante e importante para Guatemala porque es un ente que ha ayudado durante más de 30 años en obras sociales en el país, de una manera muy efectiva”, apunta Orellana.

El también constitucionalista afirma que la Orden de Malta no es considerada un Estado como tal, sino el antecedente de una organización internacional, pues no tiene territorio ni población, a pesar de que es un sujeto de derecho internacional y consular en Guatemala.

“Si bien es cierto que tuve alguna relación con ellos, esta era más de tipo protocolario porque ellos enfatizan la ayuda para hospitales y otro tipo de obra social. Su relación fundamental estaba fincada en el Ministerio de Salud Pública. Ellos ven temas relacionados con hospitales o programas de orden social. Esa es la labor sustantiva que hacían a la cual yo como canciller, no tenía mayor influencia”.

DESCONOCEN PARADERO

En Guatemala, esta misión diplomática está representada por Max Heurtematte Arias, Embajador Extraordinario de la Orden de Malta y Enrique Hegel Girón, presidente de la misma.

En primera instancia, tras una solicitud de información, Heurtematte negó los señalamientos de CNN sobre un posible caso de corrupción, pero reconoció en su oportunidad, la ayuda humanitaria de una serie de donantes de Estados Unidos.

Además, el jefe de la misión subrayó días después de la investigación que constantemente se rinden informes para que las entidades donantes conozcan el destino de esos recursos, sin embargo, mencionó que al momento de entregar la ayuda, se desligan de la misma y le compete a los entes beneficiados, el control y fiscalización para el buen uso de la misma.

Finalmente, enfatizó en febrero pasado en que por ser una embajada acreditada en el país no están obligados a rendirle cuentas al Estado, o en este caso a la Contraloría General de Cuentas, aunque no descarta que la ayuda internacional hacia la Orden de Malta pudiera verse afectada por el reporte de CNN.

En tanto, el vocero de la Orden, Sergio Morataya, complementó: “Si es cierto que la Orden de Malta ha recibido donativos de esa institución, no son esos US$40 millones. Lo que se tiene que saber y dar cuentas es cuánto se recibió y cuánto se entregó, pero los montos específicos no porque los embarques no vienen con montos unitarios o totales, pues es una gran cantidad de medicinas”.

En un intento por corroborar la información y determinar cuál fue el destino de las medicinas e insumos de hospital, suponiendo que efectivamente ingresaron al país en 2010, se hizo la solicitud de información al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, sobre montos específicos de donaciones recibidas de parte de la Orden, así como un listado de beneficiarios, en los últimos cuatro años.

Sin embargo, el jefe de Comunicación Social de la cartera, Gustavo Barillas, asegura desconocer las estadísticas en ese sentido, pero enfatiza en que todo aporte que sume a los esfuerzos para mejorar la calidad de servicios y atención a los pacientes en el sistema de Salud, siempre es bien recibido, por lo cual reconoce la importancia de las contribuciones hechas por la Orden de Malta.

“Ellos durante varias décadas han hecho donaciones de camillas, equipo y medicinas. Ellos han sido una Embajada que han ayudado mucho a la transparencia del sistema de salud durante mucho tiempo”, declaró Barillas.
 
El portavoz del MSPAS expone que sería lamentable para la institucionalidad si se hicieron una serie de gestiones para donativos y que al final se compruebe que los medicamentos no llegaron al destinatario final, que en este caso son los pacientes.

Asimismo, no descartó que el tema de la transparencia en la gestión de la misión diplomática, se haya dejado de lado, pero señala que como cualquier entidad del Estado, el Ministerio de Salud constató la entrega de cada uno de los donativos hechos por esta Orden a la cartera, pues “no es solamente de que te den algo sino que se tiene que constatar la entrega de ese bien al Estado porque se tiene que ser responsable”.

TRATAMIENTOS ESPECIALES

En el plano internacional, se conoce que la Orden de Malta, es una orden religiosa católica que mantiene relaciones diplomáticas con 120 países a través de sus embajadas, a pesar que es considerada un país sin territorio en Roma.

Las principales acciones de ayuda se han llevado a cabo en países como Kosovo, Macedonia, India y Afganistán. Más recientemente en Pakistán, México, Congo, Sudán del sur, Myanmar, Sri Lanka, Georgia y Haití.

Sin embargo, de acuerdo con el Derecho Internacional Público, la Orden disfruta de muchas de las características que se les confiere a los Estados, pues poseen el estatus de Observador Permanente ante las Naciones Unidas y la Comisión de la Unión Europea, y ante 16 organizaciones internacionales como la FAO y la UNESCO.

En Guatemala, la misión también goza de una serie de beneficios fiscales como la exención del pago del impuesto por importación de contenedores y embarques.

Del mismo modo, están exentos las colegiaturas en centros educativos públicos y privados, las universidades legalmente establecidas, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, la Iglesia Católica y otras organizaciones religiosas y finalmente, las embajadas acreditadas y órganos internacionales que realicen proyectos de labor social.

En ese marco, la Superintendencia de Administración Tributaria anunció recientemente la creación de una Gerencia específica que se encargaría de la fiscalización de estos entes que gozan de este beneficio, pues según la SAT, el gasto tributario en 2013 fue de Q20 millones aproximados, a pesar del beneficio para la población guatemalteca en la prestación de servicios básicos.

Por su parte, Abelardo Medina, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, expresa que a pesar de estar en desacuerdo con la otorgación de tratamientos fiscales especiales, los mismos no se pueden evitar porque Guatemala suscribió el Convenio de Viena, que entró en vigor el 19 de marzo de 1967,  el cual otorga esta facultad a las embajadas en otros países.

“Por supuesto que hay un deterioro fiscal, pero es parte del costo que implica suscribir esta clase de convenios. No es que estén justificadas las exenciones sino más bien, son obligatorias ante los entes internacionales”, subraya.

A decir de Medina, esta es la principal causa por la que países que se consideran amigos, hacen donaciones a Guatemala o contribuyen al financiamiento de proyectos del Gobierno, bajo el principio de reciprocidad y ante el ojo vigilante de Naciones Unidas.

“Lo que sucede es que a veces un organismo internacional trae cooperación o ayuda y lo que exigen al Gobierno es no pagar impuestos. Pero si no se ejecuta lo que estos entes están reportando y se están manejando los recursos inapropiadamente, está bien que sean sujetos de investigación”, declara el del Icefi, respecto a la investigación de CNN.

COMPONENTE RELIGIOSO

Precisamente se piensa que estos vínculos diplomáticos con otros Estados, la mayoría de ellos con países en vías de desarrollo, facilitan la entrega de ayuda humanitaria en casos de desastres naturales o conflictos bélicos y debido a su carácter apolítico, la Orden puede actuar como mediadora cuando un Estado requiera su intervención para resolver una disputa.

Datos oficiales indican que unas 13 mil 500 personas (20% son mujeres), forman parte del equipo permanente de la Orden de Malta a nivel mundial, mientras unos 80 mil voluntarios prestan primeros auxilios, servicios sociales, e intervienen en acciones humanitarias en emergencias.

Sin embargo, se considera que este grupo se ha convertido con el pasar del tiempo, en un grupo selecto al que se supone poder e influencia, que se observa incluso, en algunos espacios del Vaticano.

Y es que precisamente el Vaticano ha sido señalado en los últimos años como un eje de corrupción e impunidad a nivel mundial, al considerar que encubre delitos como el lavado de dinero, pederastia y estafa de propiedades a feligreses, sin que hasta el momento haya una investigación profunda que conlleve al castigo de los responsables.

Mario Acevedo, secretario ejecutivo de Cáritas Guatemala, manifiesta que aunque no se mantiene una relación estrecha o directa con la Orden de Malta en el país, si hay sacerdotes y religiosos que buscan ayuda o contribuciones de la misma y reconoce a la vez la importancia de ampliar la cobertura de acción social humanitaria, al considerar que los recursos de las organizaciones juntas, son insuficientes para atender necesidades de las personas en condiciones de pobreza.

“En ese proceso, los términos de transparencia se dan por la misma comunidad y gente beneficiada por alguna acción social. Esto garantiza que la Iglesia no maneje recursos económicos sino la ayuda que se da sea un proceso ordenado, que regularmente no implica el manejo de dinero y llega a quienes realmente lo necesitan”, acota el entrevistado.

Acevedo responde ante las declaraciones del Arzobispo metropolitano, Oscar Julio Vian, sobre auditar a las distintas Hermandades a nivel nacional, que estas no son por desconfianza sino por cuestiones de orden en las finanzas; y una invitación a que más laicos intervengan en el manejo de los fondos, pero con transparencia a favor de las acciones sociales que realiza la Iglesia.

SIN RESPUESTA

Luego de la nota de CNN, La Hora intentó ampliar el tema con los representantes de la Orden de Malta en Guatemala, sin embargo no se concedió una nueva entrevista bajo el argumento de primero colocarlo en discusión en la reunión mensual que sostiene el Consejo Consultivo, para la debida autorización. 

De igual forma, el pasado 3 de marzo se hizo la solicitud de información a dicha misión vía correo electrónico, sobre las donaciones gestionadas para Guatemala desde 2010, incluyendo el nombre de los donantes, montos, beneficiarios, tipo de insumos y en qué meses se recibieron las mismas, entre otros datos específicos; no obstante la solicitud no fue atendida con la misma justificación.

De acuerdo a la página web de la Orden de Malta, el Consejo de Gobierno es un órgano consultivo y aconseja sobre asuntos políticos, religiosos, hospitalarios e internacionales. La rendición de cuentas de las donaciones que son gestionadas a Guatemala, según la misma, se da a través de un Tribunal de Cuentas que ejerce las funciones de control en materia económica y financiera.

Asimismo, las actividades son financiadas principalmente por sus miembros y por donativos privados de la Unión Europea. En tanto, la financiación de hospitales y actividades médicas en algunos casos proviene de la firma de convenios concluidos con agencias oficiales sanitarias y sociales, igualmente en lo referente a la ayuda de emergencia.