Mayra es mi amiga cibernética, a quien no conozco personalmente y que me envía con frecuencia correos electrónicos de diversa naturaleza. Acabo de recibir de ella un mensaje que me ayuda a vencer la pachorra propia de esta temporada, conteniendo una hermosa oración, que viene como anillo al dedo al concluir un año calendario e iniciarse otro, al que yo he agregado algo de mi parte. Helo aquí.
eduardo@villatoro.com
Señor mi Dios, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro. Al terminar este año, te doy las gracias por todo aquello que he recibido de ti. Gracias por la vida, el amor y las flores; por el pan nuestro de cada día, por el aire, el calor del sol y la luz de la luna, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice durante este año que termina, el trabajo que pude realizar, las cosas que pasaron por mis manos y lo que construí con ellas. Hoy te presento, Señor, a las personas que a lo largo de estos meses he compartido su amistad, los nuevos amigos, antiguos amores, familiares cercanos a mí y a los que no veo frecuentemente; por los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar; personas con quienes comparto la vida, el trabajo, el dolor, las penas, las alegrías, las angustias y las esperanzas.
Pero también, Señor, hoy quiero rogarte que me perdones; perdón por el tiempo perdido, por el dinero malgastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado; perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho; perdón por vivir sin entusiasmo, por no mirar la aurora de las claras mañanas ni el celaje de las tardes diáfanas cuando está por caer la noche.
También te pido perdón por la oración que poco a poco fui aplazándola y que hoy te presento con arrepentimiento; por todos mis olvidos, descuidos y silencios. Perdóname, te lo suplico.
Deseo vivir cada día del nuevo año con optimismo y bondad, llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y de paz. Cierra, por favor, mis oídos a toda falsedad, y mis labios a palabras mentirosas, egoístas e hirientes. Abre mi ser, Señor, a todo lo que es bueno. Que mi espíritu se satisfaga sólo con tus bendiciones, que las derrames a cada paso que doy, y que las comparta con quienes me acompañan en el tránsito por la vida.
Cólmame de bondad y de alegría, para que cuantas personas conviven conmigo, en mi entorno familiar, social y laboral, se acerquen a mí y encuentren en mí, la mano abierta y un poquito de ti.
Dentro de pocas horas iniciaremos un año más, y por este acontecimiento detengo mi vida ante el nuevo calendario aún sin estrenar y te lo presento a ti, Señor, puesto que sólo tú sabes si llegaré a mover sus páginas. Te pido por mí, Señor, por mi familia, mis amigos, mis compañeros de grupo, mis lectores. Que tú, Dios Omnipotente, nos des paz, alegría y salud, fuerza, prudencia y sabiduría, humildad y gozo en medio de las adversidades de la vida.
Oh, Dios Todopoderoso, danos un año pletórico de bendiciones y enséñanos a repartir felicidad. Te lo ruego con acciones de gracias en el nombre de Jesús.
Y usted, amigo/a lector/a, dice Amén.