Tras una reunión de dos días en Nueva Delhi, los grandes actores de la Organización Mundial del Comercio (OMC) expresaron un cierto optimismo para cerrar antes de fin de año las negociaciones de la ronda de Doha, aunque lo más difícil queda pendiente.
Ministros de Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Brasil, India, Australia y Japón — conocidos como el G6 — afirmaron el jueves que «al intensificar nuestro trabajo, podemos hacer converger (nuestras posiciones) y contribuir así a la conclusión de la ronda a fines de 2007».
La representante estadounidense de Comercio, Susan Schwab, confirmó esa disposición pero advirtió: «Ningún país ha presentado avances» reales en las negociaciones, y «todos tenemos una responsabilidad colectiva».
La ronda de Doha de la OMC, lanzada en 2001 en la capital qatarí, ha incumplido varias veces los calendarios, en medio de enfrentamientos entre los países ricos y pobres sobre la liberalización comercial de productos agrícolas, industriales, y de servicios.
Su objetivo es reducir aranceles, subsidios y derechos aduaneros, en beneficio de las regiones más pobres del planeta. Por eso se la conoce también como la «ronda del desarrollo».
La reunión de Nueva Delhi fue la primera celebrada a este nivel tras la suspensión de las negociaciones, en julio pasado, debido a profundos desacuerdos, en particular sobre el tema agrícola.
Una reunión del G4 — integrado esta vez por Estados Unidos, la UE, India y Brasil– está prevista a mediados de mayo para aprovechar el impulso logrado en Nueva Delhi, y superar el anquilosamiento de las negociaciones.
Un acuerdo entre las dos mayores potencias comerciales, Estados Unidos y la UE, y las dos mayores naciones en desarrollo, India y Brasil, es considerado crucial para conseguir un ulterior consenso entre los 150 países miembros de la OMC.
«Hemos preparado una hoja de ruta para lograr acuerdos importantes en las próximas semanas y meses», afirmó el ministro de Comercio indio, Kamal Nath.
«Un requisito previo para el éxito es que todos permanezcamos firmemente unidos» al «mandato de desarrollo» de la ronda de Doha, añadió.
El lugar donde se celebrará en mayo la reunión del G4 no se ha decidido, pero su objetivo, según un responsable que requirió el anonimato, será «colocar cifras sobre la mesa» y que «todos muestren sus cartas» y las concesiones que estarían dispuestos a hacer.
El Comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, se felicitó también por los resultados de esta reunión de Nueva Delhi. «Fue mucho mejor de lo que algunos auguraron», afirmó.
Sin embargo, varios observadores aseguran que la OMC está librando una difícil carrera contrarreloj.
El 1 de julio próximo expira el mandato de negociación (Trade Promotion Authority, TPA) otorgado por el Congreso de Estados Unidos al gobierno del presidente, George W. Bush.
Estos poderes especiales le permiten a Bush presentar al Congreso una única ley con vistas a ser aprobada o rechazada en su totalidad, en lugar de tener que someter a los parlamentarios cada una de las numerosas disposiciones de un eventual acuerdo multilateral.
Además, de momento, las negociaciones siguen bloqueadas por persistentes desacuerdos.
Los países pobres y los emergentes exigen que cesen las subvenciones que los países ricos otorgan a sus agricultores, así como una reducción de los derechos aduaneros. Por su parte, los países del Norte piden a los del Sur que abran sus mercados a servicios y productos industriales.