La Ronda de Doha podría encontrar un segundo aire en sus discusiones en Ginebra durante la asamblea de la OMC, pero se deben sortear algunos obstáculos.
La posibilidad de un acuerdo en las negociaciones multilaterales de comercio de Ginebra dependía hoy esencialmente de encontrar fórmulas que satisfagan a los países más reticentes, encabezados por India, Argentina y Sudáfrica.
La Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que se arrastra desde hace siete años, cobró ayer un inesperado impulso, gracias a propuestas presentadas por el director de la entidad, Pascal Lamy, para conciliar los intereses de los países exportadores agrícolas del Sur y de los exportadores industriales del Norte.
Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Brasil, Australia y Japón -cinco de las siete mayores potencias comerciales (las otras son India, Japón y China)- ya expresaron su apoyo a ese documento.
Brasil subrayó incluso que su adhesión dependía de que las propuestas fuesen aceptadas sin cambiarles una coma.
«Pienso que hoy dimos un gran paso», celebró el canciller brasileño, Celso Amorim, antes de añadir: «El primer país en decir que aceptaba el documento de Lamy como un paquete -a condición que fuese un paquete porque si se cambiara algo ya no serviría- fue Brasil».
El entusiasmo de Brasil contrastó con el rechazo de Argentina, su socio en el Mercosur (formado también por Paraguay y Uruguay), y el de India, con quien lidera el G20 de países emergentes que busca la reducción de los subsidios agrícolas de los países ricos.
«Para nosotros ese papel (de Lamy) como está no es aceptable», dijo el canciller argentino, Jorge Taiana.
El jefe negociador argentino, Alfredo Chiaradia, advirtió hoy que la posición de Brasil «genera una tensión» en el Mercosur.
Argentina cuestiona el capítulo agrícola (reducción de subsidios internos y de aranceles) y el industrial (aranceles), así como el equilibrio que resulta de ambos. «En agricultura (las propuestas) son insuficientes y en productos industriales demasiado elevadas», resumió Chiaradia.
También India y Sudáfrica resisten a la apertura de sus mercados industriales en el formato propuesto por Lamy.
El ministro indio de Comercio, Kamal Nath, trató de desdramatizar las discusiones, al salir hoy de una reunión del G-20 en la misión de Brasil en Ginebra.
«El proceso de consultas prosigue, no hay ningún problema. Argentina tiene puntos de vista diferentes, Sudáfrica tiene puntos de vista diferentes, Egipto también», comentó Nath.
En la propuesta de Lamy hay «algunas cosas buenas y otras que no lo son», agregó.
El viceministro sudafricano de Comercio, Rob Davies, afirmó: «Hasta este momento no podemos estar de acuerdo» con el paquete de Lamy.
La secretaria estadounidense de Comercio, Susan Schwab, denunció ayer a «un puñado de grandes mercados emergentes que realmente amenaza con desintegrar el paquete en su totalidad».
Un acuerdo en la OMC depende de la aprobación de sus 153 Estados miembros.
También hay fuertes cuestionamientos por parte de Paraguay y Uruguay -exportadores agrícolas- a un Mecanismo de Salvaguardas Especiales (SSM) que permitiría a un país subir aranceles para protegerse de un aluvión de importaciones o de una brusca caída de precios de un determinado producto.
Defienden la SSM otros países en desarrollo, y en primer ligar India, fuertemente proteccionistas en el área agrícola.