La oposición libanesa dirigida por la milicia chiíta prosiria Hezbolá promete ganar impulso para derrocar al gobierno prooccidental del primer ministro, Fuad Siniora, al cumplirse una semana de protestas callejeras.
Las fuerzas de la oposición llamaron a una nueva manifestación el domingo en el centro de Beirut, antes de recurrir a otros medios de protesta para obtener la caída del gobierno de Siniora.
La oposición, que no precisó cuáles serán sus futuras acciones, exige la dimisión del gobierno, al que considera ilegítimo tras la renuncia de seis ministros prosirios a mediados de noviembre,
El jefe de la Corriente Patriótica Libre (CPL) del general Michel Aun, uno de los pilares de la oposición, prometió el martes una escalda de la presión popular para obtener la dimisión del gobierno.
Una primera manifestación celebrada el 1 de diciembre congregó a cientos de miles de personas en el centro de Beirut. Desde entonces miles de manifestantes siguen una sentada frente a la sede del gobierno en la capital libanesa.
Si el primer ministro y el sector que lo apoya se obstinan en acaparar el poder, será la escalada de la presión popular y nosotros paralizaremos al gobierno, lo haremos entrar en un coma profundo, advirtió Aun en una entrevista.
El diario An Nahar subrayaba hoy que la oposición quiere recurrir a una escalada porque el movimiento iniciado hace una semana no obtuvo los resultados previstos.
Pero en medio de las amenazas de la oposición y de las protestas, algunas voces advierten sobre el peligro que puede suponer para la estabilidad del país una escalda.
El jefe del ejército, el general Michel Sleiman, advirtió contra los peligros de un descontrol si la crisis actual perdura.
El Ejército libanés y la policía desplegaron cerca de 20 mil hombres en Beirut para prevenir desbordamientos, en especial después que la semana pasada muriera un manifestante y 12 fueran heridos en un incidente.
El ministro saudita de Relaciones Exteriores, Saud al Fayzal, también previno contra la prosecución de los acontecimientos actuales en Líbano, que podrían afectar a la estabilidad, la unidad, la seguridad y la autonomía del poder político libanés.