Una coalición opositora de centroizquierda derrotó ayer a los conservadores gobernantes en las elecciones parlamentarias de Croacia, lo que revela el descontento de los votantes por la corrupción y el alto desempleo en un país próximo a unirse a la Unión Europea.
Con cerca del 70% de los votos escrutados, los resultados oficiales muestran que la coalición opositora «Kukuriku» —la onomatopeya en croata del canto del gallo— tendría 78 escaños en el parlamento croata de 151 puestos, mientras que la gobernante Unión Democrática Croata, o HDZ, se quedaría con 48 lugares.
Desde antes de los comicios se esperaba que los conservadores, envueltos en escándalos de corrupción, perdieran debido a la disminución en la calidad de vida y al alto desempleo en el país, que está programado para ser el próximo miembro de la UE en julio del 2013.
El ganador deberá tomar decisiones difíciles sobre recortes presupuestarios para manejar la crisis económica del país.
«Incluso en la oposición, vamos a continuar sirviendo a Croacia», dijo el líder conservador y primer ministro saliente Jadranka Kosor. «Ellos no nos pusieron de rodillas».
El país es el último de una larga lista que este año decidieron cambiar sus gobernantes en medio de crecientes deudas y desempleo.
«La tendencia en Europa es que los votantes están en contra de aquellos que están en el poder», dijo el analista político Slaven Letica. «Lo mismo sucedió en Croacia».
El presidente croata Ivo Josipovic felicitó a los ganadores, y dijo que «es obvio que Croacia está girando a la izquierda».
Los resultados significan que el próximo primer ministro croata será Zoran Milanovic, líder del Partido Social Demócrata, los antiguos comunistas que se convirtieron en demócratas pro occidentales que buscan reformas económicas y sociales.
«Nos reunimos para hacer algo bueno para Croacia», dijo Milanovic, de 45 años.
«Los votantes reconocieron esto, y no los vamos a defraudar», señaló. «Estamos entrando en la Unión Europea, y esa es una gran oportunidad para nosotros».
Su llegada al poder podría acelerar la reconciliación con Serbia, acérrimo enemigo de Croacia durante la guerra, y ayudar a estabilizar los Balcanes, una región aún volátil. Los conservadores utilizaban el persistente odio entre los dos grupos étnicos de la ex Yugoslavia para mantenerse en el poder.
Los conservadores han gobernado Croacia desde la guerra por la independencia de la ex Yugoslavia en la década de 1990, con excepción del 2001-2003, cuando una coalición de centro izquierda tomó el poder.