Atrapada entre un barril a más de 100 dólares y una desaceleración económica esperada que podría minar la demanda de petróleo, la Organización de Países Exportadores (OPEP) parece inclinarse por la prudencia y dejaría la producción invariable en su reunión del 5 de marzo en Viena.
«No creo que hagamos nada si los precios se mantienen. Y yo creo que se mantendrán en torno a 100 dólares», declaró el viernes Chukri Ghanem, presidente de la compañía libia de petróleo, que hace las veces de ministro de Petróleo de su país.
El nivel oficial de producción del cártel, responsable del 40% de la oferta mundial, se fijó en 29,67 millones de barriles por día (mbd) para los doce países sometidos a cuotas, de los que Irak está excluido.
Por su parte, Venezuela, cuarto exportador de crudo a Estados Unidos, ha anunciado que en la próxima reunión de la OPEP en Viena defenderá las actuales cuotas de producción.
El ministro de Energía, Rafael Ramírez, sostuvo esta semana que «no hay razón alguna para colocar más barriles en el mercado» y menos aún cuando su país está «sometido a una situación de hostigamiento» como la actual. El responsable se refería a la demanda del grupo estadounidense de petróleo ExxonMobil, que congeló activos de la estatal Petróleos de Venezuela por un valor de hasta 12 mil millones de dólares.
ExxonMobil, la mayor petrolera mundial, inició un arbitraje internacional y paralelamente acciones judiciales en Gran Bretaña luego de que el Estado venezolano asumió la mayoría accionaria en las empresas mixtas que mantenía con transnacionales en la Faja del Orinoco.
En la reunión de la OPEP de la semana próxima Venezuela buscará alguna declaración de apoyo de los miembros del cártel ante esta acción judicial de la petrolera estadounidense.
Pese a que Arabia Saudita, primer productor mundial y miembro más influyente del cártel, todavía no se expresó sobre esta reunión, los analistas apuestan también por un statu quo.
«No consigo imaginar un escenario diferente al del mantenimiento» de la producción, señaló Vera de Ladoucette, analista del Cambridge Energy Research Associates.
¿Cómo «podría el cártel aumentar su producción en un momento con tantas incertidumbres económicas y en un periodo en el que la demanda baja?», se preguntó esta experta.
El descenso del consumo de hidrocarburos tras el fin del invierno boreal, la desaceleración económica en Estados Unidos y sus consecuencias en el resto del mundo podrían pesar mucho en la demanda y habría un riesgo grande de que los precios del oro negro bajen.
El ministro argelino de Petróleo y actual presidente de la OPEP, Chakib Khelil, afirmó en varias ocasiones que la oferta actual es «suficiente» y que «debido a la reducción del consumo en el próximo semestre, no se puede prever un aumento de la producción».
Si el alza parece impensable, la reducción de la oferta sería «políticamente incorrecta» en un momento en que el barril vale 100 dólares o más, según el experto Bill Farren-Price.
Sería visto como «una provocación hacia los consumidores», según los especialistas.
Irán y Venezuela, que no alcanzan su cuota de producción, están a favor de una política rígida de precios y apuestan por una reducción de la oferta la semana próxima.
El cártel podría reunirse de nuevo a finales de abril o principios de mayo para reevaluar la situación.
Además, nada impide por ejemplo que Arabia Saudita ajuste discretamente la producción en las semanas venideras en función de la demanda, como lo viene haciendo ya desde meses.
Ecuador promoverá en la reunión de la OPEP que el cartel exprese su apoyo a Venezuela en el conflicto con la estadounidense ExxonMobil, el mayor grupo petrolero mundial, y presentará un plan ecologista para mantener bajo tierra 1 mil millones de barriles de crudo.
«Expondrá que el cartel se pronuncie a favor de Venezuela frente a la demanda que la compañía ExxonMobil tiene contra PDVSA», dijo el ministro ecuatoriano de Petróleos, Galo Chiriboga, quien considera que el alza de los precios del crudo es «coyuntural».
«El mercado petrolero está sesgado por la volatilidad de los precios, que no es bueno ni para los productores ni para los consumidores y, por lo tanto, obedece más a razones de tipo especulativo», declaró.
En cuanto al respaldo para Venezuela, la autoridad agregó que la delegación de Quito incluirá a un abogado dispuesto a intervenir en el litigio que provocó la congelación de activos de PDVSA en bancos internacionales.
Además pondrá a consideración de la OPEP la propuesta de mantener a perpetuidad unos mil millones de barriles de crudo pesado (cerca de 20% de las reservas de Ecuador) bajo tierra si aportantes internacionales contribuyen con 350 millones de dólares anuales durante dos décadas.
El gobierno socialista de Rafael Correa prevé que esos recursos integren un fideicomiso para compensar parcialmente lo que el país obtendría por la explotación del campo ITT (Ishpingo, Tambococha, Tiputini), de unos 700 millones de dólares al año.
«De esa manera, la comunidad internacional ayudaría a proteger el Parque Nacional Yasuní (en la selva de la Amazonia), reconocido por la Unesco como una de las zonas de más alta biodiversidad y fragilidad ecosistémica del mundo», manifestó Chiriboga.
En el Yasuní, de 900 mil hectáreas y declarado zona protegida, habitan indígenas en aislamiento voluntario y, de fallar el plan en contra del calentamiento global, el Ejecutivo tiene previsto adjudicar ese campo en octubre próximo para su explotación.
El ministro también apuntó que Ecuador propondrá a la OPEP la implementación el eco-impuesto Daly a las exportaciones de los miembros del cartel para aportar a la disminución de las emisiones globales de dióxido de carbono.