OPEP debate en Abu Dhabi la suerte de su oferta de crudo



La OPEP debatí­a hoy en Abu Dhabi qué hacer con su volumen de producción petrolera, indecisa aún sobre un posible aumento para enfriar los precios, en momentos en que la economí­a estadounidense espera un frenazo que reducirí­a la demanda de crudo.

Si bien varios analistas pronostican que el cartel de 13 paí­ses exportadores de petróleo podrí­a mantener el statu quo a raí­z del fuerte declive de los precios, que han caí­do unos 10 dólares en una semana, otros creen que aún es posible que Arabia Saudita presione a favor de una apertura de los grifos.

«La OPEP mantendrá la producción o hará un gesto de (volcar) 500.000 barriles por dí­a» más al mercado, dijo el martes un delegado del cartel que pidió el anonimato.

Venezuela, Libia e Irán ya se pronunciaron en contra de cualquier aumento de la oferta, mientras el ministro saudita de Petróleo, Ali al Naimi, lí­der de facto de la OPEP, consideró el martes que la cancha «está completamente abierta».

«El mercado está bien abastecido», dijo el ministro de Energí­a de Venezuela, Rafael Ramí­rez, a su llegada al aeropuerto de Abu Dhabi, la capital de Emiratos írabes Unidos.

Consultado sobre si la OPEP debe aumentar la producción, respondió escuetamente: «No».

El presidente de la empresa petrolera estatal libia, Shokri Ghanem, estimó por su parte que los precios del petróleo se hallan a un nivel «muy razonable» y se pronunció otra vez por mantener la oferta.

«Si el mercado necesita petróleo, le damos petróleo. Pero no creemos que lo necesite», afirmó.

El gobernador iraní­ en la OPEP, Hossein Kazempour-Ardebili, consideró también que «no hay necesidad» de aumentar la oferta, un dí­a antes de la reunión. «El mercado está equilibrado», opinó.

«La OPEP ya probó que puede producir más si es necesario. Pero «no creo que sea necesario en este momento», sentenció.

El cartel quiere evitar inundar de crudo un mercado que ya considera bien abastecido, y donde la disparada de los precios obedece en su opinión a factores que le son ajenos, como la especulación, la debilidad del dólar y las tensiones geopolí­ticas.

La OPEP teme asimismo abrir nuevamente sus grifos en momentos en que la economí­a de Estados Unidos, primer consumidor mundial, se desacelera a pasos agigantados, y repetir la catástrofe que siguió a la crisis financiera asiática, cuando aumentó su producción un 10% y el barril cayó a 10 dólares en 1999.

Pero dejar las cosas como están puede implicar una nueva escalada de los precios, lo cual afectarí­a la demanda de los paí­ses consumidores y paradójicamente perjudicarí­a a la OPEP.

Los ministros celebrarán su reunión el miércoles en el Emirates Palace, un impresionante hotel con una superficie de medio millón de km2, una playa privada de 1,3 km de largo frente a las aguas del Golfo y donde la habitación más barata cuesta 700 dólares sin desayuno.

Tras alcanzar un récord a 99,29 dólares el barril el 21 de noviembre, los precios del oro negro han caí­do unos 10 dólares. Las declaraciones de que el cartel podrí­a aumentar su oferta hací­an bajar el martes el barril 73 centavos en Nueva York, que se ubicaba en 88,58 dólares.

Los analistas también están divididos sobre el desenlace de la reunión.

«Esta semana el mercado se centra en una de las fuentes de incertidumbre: la oferta de crudo de la OPEP», dijeron expertos del banco francés Societé Générale. «Creemos que la OPEP dejará ahora sin cambios las cuotas de producción de crudo, a menos que los precios cambien dramáticamente de dirección» antes del miércoles, añadieron.

El analista independiente John Hall estimó no obstante que «la OPEP debe hacer algo o de lo contrario será acusada de ser la culpable de los precios elevados» y de socavar la economí­a mundial.