Opción a considerar II de II


¡BASTA, la violencia NO puede dominarnos!

La semana pasada presenté ideas sobre el cambio del calendario escolar, la reorganización y reestructuración de esa parte del sistema educativo, que serí­a únicamente uno de los muchos cambios necesarios para poder hablar de excelencia educativa en Guatemala. Cumpliendo con la Constitución de la República en lo concerniente a la gratuidad en la educación, se habla de la sobre población que las escuelas han tenido el año pasado y éste también. En algunos lugares no sólo hay sobre población, también hay falta de maestros para cubrir esa demanda. Este punto es parte de los í­ndices de la excelencia en educación.

Raymond J. Wennier

Demasiados alumnos en aula, afectan la atención que debe dárseles, en todo sentido. En mi experiencia sobre el número de alumnos por aula cuando hice los estudios para iniciar un nuevo colegio, llegué a la conclusión que era más adecuado, tanto para los alumnos como para los maestros, que no tuvieran más de 28 alumnos por aula. Además de ese número, se creó el puesto de lo que llamé maestra flotante para que pudiera atender una clasecita de cinco alumnos para ayudarles en mantenerse al dí­a o para trabajar con un grupo que iba adelante. Obviamente se tení­a un horario de clases de tiempo completo desde prekinder hasta quinto bachillerato. Eso se puede hacer siempre y cuando haya este tipo de horario y con personal docente de tiempo completo.

Una grave deficiencia actual es la ausencia de tiempo de planificación que tienen los maestros. No se hace en la escuela o instituto debido a que la mayorí­a de maestros, creo, trabajan en dos o tres jornadas que les obligan a correr de un lugar a otro. Este sí­ es un í­ndice que afecta la excelencia escolar. Con un calendario anual de 12 meses, los maestros podrí­an dedicar más tiempo a la planificación en horario de la escuela y en equipo durante los perí­odos de descanso vacacional. Sí­ es posible que los maestros planifiquen pensando en módulos de sesenta dí­as, 12 semanas, y luego un perí­odo de descanso de veinte dí­as, 4 semanas, para los alumnos.

En ese descanso, los maestros pueden dedicarse a esa planificación individual y en equipo y aún tener dí­as de descanso también. Si el diseño fuera en forma escalonada, una parte de los alumnos podrí­a estar recibiendo clases mientras otros están de descanso y así­ aumentar el número de alumnos por escuela, sin tener que construir nuevas. También se podrí­a aumentar el número de dí­as hábiles de clase. Como es moda comparar a Guatemala con paí­ses como Finlandia y Singapur, serí­a importante extender el calendario y horario escolares para poder hacer esa comparación en un campo donde cada paí­s tenga las mismas condiciones de inicio. Así­ se puede hablar de excelencia educativa comparada. Otro í­ndice importante para hablar de esa excelencia, es el ambiente escolar. En un calendario escolar de 12 meses, los alumnos no estarí­an bajo tanta presión y estrés. Sabemos que un cerebro bajo presión no está dispuesto a pensar, captar lo enseñado, en fin, aprender. Apuesto a que la realización de potencialidad de los alumnos aumentarí­a. Los alumnos pueden tener éxito si están más a gusto en la escuela. El sistema de evaluaciones tendrí­a que sufrir una reestructuración completa. La tecnologí­a es parte integral de la vida de los alumnos ahora aunque algunos no lo saben todaví­a.

El uso extenso de la tecnologí­a puede ser diseñado en tal forma que sea un apoyo tremendo a ambas partes, alumnos y maestros, en un calendario de 12 meses. Los alumnos en los perí­odos vacacionales de un calendario escalonado pueden tener actividades interesantes utilizando la tecnologí­a mientras están fuera de la escuela. Sí­, llegaremos a eso eventualmente. Los alumnos que van a graduarse en carreras que exigen un ejercicio profesional supervisado (EPS) pueden hacerlo en un perí­odo de descanso para no interrumpir los estudios diarios. Ese programa puede ayudar a los alumnos de todas las carreras, aun bachillerato para que puedan tener más elementos de juicio para saber qué carrera es mejor para ellos; estudiar en la universidad o bien escoger una carrera técnica. Eso puede bajar el í­ndice de cambio de carreras universitarias lo que hoy por hoy es a un nivel alto. Visualizo que uno de los problemas más grandes para implementar semejante programa serí­a el tema del CAMBIO y el temor respectivo que eso trae. El temor de interrumpir lo que se ha venido haciendo por muchos años; el temor de lo desconocido es grande, especialmente cuando el sistema educativo no anticipa el acompañamiento de aplicación ni un buen programa de seguimiento en cada escuela y con cada maestro. Por eso es indispensable pensar en una reestructuración del sistema educativo guatemalteco. El papel del CNE es proyectar los cambios necesarios para los próximos 20 años. Un modelo experimental puede ser útil para ver cómo funciona. Hay que considerar si esta opción es posible.