Por 12 votos a favor, 2 en contra y una abstención, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó hoy un nuevo cuerpo de sanciones contra Irán, el cuarto desde que empezó la polémica en torno su programa nuclear.
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Los representantes de Brasil y Turquía votaron en contra, aduciendo que nuevas sanciones anularían la posibilidad de que prospere el acuerdo que recientemente lograron los mandatarios de ambos países con el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad.
Por su parte, el embajador del Líbano se abstuvo ante lo que la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, había definido la víspera como «las sanciones más fuertes que haya enfrentado nunca Irán».
La resolución fue una propuesta de Francia y Gran Bretaña, dos de los cinco países con puesto permanente en el Consejo, y contó con el respaldo de China y Rusia, junto a EE.UU., los otros miembros con poder de veto.
Hasta hace poco, Moscú y Pekín habían expresado dudas sobre la conveniencia de imponer nuevas sanciones a Irán, por lo que su apoyo al proyecto es considerado como un fuerte mensaje a Teherán.
Las sanciones amplían el embargo de armas que rige sobre Teherán, autorizan inspecciones en alta mar de embarcaciones que puedan llevar mercancías prohibidas a Irán y aumenta la lista de personas y grupos iraníes sujetos a restricciones financieras o a prohibición de viajes internacionales.
ESPERANDO INSTRUCCIONES
La votación se realizó con una hora de retraso, tiempo durante el cual las delegaciones de Brasil, Turquía y Líbano decían estar esperando instrucciones de sus capitales.
«No vemos las sanciones como un instrumento efectivo en este caso», dijo ante el consejo antes de que se realizara la votación la embajadora brasileña, María Luisa Ribeiro.
«Lo más probable es que las sanciones lleven al sufrimiento del pueblo de Irán y que colaboren al juego, en todas partes, de quienes no quieren que prevalezca el diálogo», continuó Ribeiro.
La diplomática brasileña pidió a sus colegas no perder la «oportunidad» que considera que ofrece el acuerdo negociado con la participación del presidente Luis Inacio Lula Da Silva y el primer ministro turco, Recep Erdogan, el 17 de mayo pasado.
Ese plan establecía que Teherán enviaría 1.200 kg de su uranio de bajo enriquecimiento a Turquía a cambio de combustible de uranio altamente enriquecido para alimentar un reactor con fines científicos que supliría Rusia y Francia.
El uranio enriquecido puede ser usado en la fabricación de armas nucleares y la comunidad internacional, basada en los informes del Organismo de la Energía Atómica de la ONU (OIEA), dice tener razones para temer que Irán esté desarrollando la tecnología para esos procesos.
GRACIAS POR LA GESTIí“N
Desde que se logró aquel acuerdo entre iraníes, turcos y brasileños, tanto EE.UU. como las principales naciones europeas expresaron desde el principio sus dudas por el alcance del pacto y sobre si el presidente Ahmadinejad cumpliría con su palabra.
Tras la votación del miércoles, todos los representantes ante el Consejo de Seguridad coincidieron en alabar y agradecer las gestiones de turco-brasileñas, pero adujeron que hacía falta un gesto más fuerte para forzar a Irán a cumplir con sus obligaciones internaciones en materia nuclear.
EE.UU y la Unión Europea lograron vencer las reticencias de China y Rusia, países más cercanos a Teherán, pero que ahora se han unido al coro internacional que pide el fin de las supuestas intenciones militares del programa nuclear iraní
La primera ronda de sanciones de la ONU data de diciembre de 2006 y fueron intensificadas en 2007 y 2008.
El líder cubano Fidel Castro advirtió que las Naciones Unidas y Estados Unidos son incapaces de evitar la «tragedia» de un conflicto que desataría un ataque nuclear de Israel contra Irán, según un artículo de prensa publicado hoy.
«Irán no se plegará ante las amenazas de Israel», que tratará «de destruir las instalaciones donde Irán enriquece una parte del uranio que produce», escribió el presidente cubano.
En su comentario, titulado «En los umbrales de la tragedia», Castro señala que esos sucesos «no pueden dejar de ocurrir, sin que el superpoderoso imperio (Estados Unidos) tenga forma de evitarlo».
Castro estima que la ONU, cuyo Consejo de Seguridad podría votar nuevas sanciones contra Teherán por el enriquecimiento de uranio, «no tiene tampoco forma» de «cambiar el curso de los acontecimientos y muy pronto los archirreaccionarios que gobiernan Israel chocarán con la indoblegable resistencia de Irán».
«Lo irónico de esta situación es que si se tratara de Israel, Estados Unidos y sus aliados más estrechos dirían de inmediato que Israel no suscribió el Tratado de No Proliferación Nuclear y vetarían la resolución», añadió Castro, de 83 años y retirado del poder por enfermedad desde 2006.
Según el líder comunista, «Israel actuaría como siempre, con fanatismo fascista, igual que hicieron los soldados de las tropas élites» que hace diez días atacaron una flotilla de ayuda humanitaria para los palestinos en la Franja de Gaza.
Cuba, sin relaciones diplomáticas con Estados Unidos desde 1961 y con Israel desde 1973, es un aliado estrecho del gobierno de Mahmoud Ahmadinejad.
El jefe de la Autoridad Palestina Mahmud Abbas llegó hoy a la Casa Blanca donde se reunirá con el presidente estadounidense, Barack Obama, para debatir el proceso de paz en Medio Oriente y la situación humanitaria en Gaza.
Obama ser reunirá con el dirigente palestino durante una hora en el Salón Oval de la Casa Blanca, nueve días después de un mortífero ataque israelí contra una flota humanitaria que se dirigía a Gaza.