Por lo menos 11 personas murieron y 50 resultaron heridas el jueves en dos explosiones en zonas pobladas de Hyderabad, en el sur de la India, informaron las autoridades.
Ministro de Vivienda Sushilkumar Shinde dijo que las bombas estaban atadas a dos bicicletas a unos 150 metros (500 pies) de distancia en Dilsukh Nagar, un distrito residencial y comercial. Agregó que ocho personas murieron en una explosión y tres en la otra. Habló con los periodistas en Nueva Delhi, la capital india.
Las explosiones ocurrieron con cerca de dos minutos de diferencia fuera de una sala de cine y una estación de autobús, dijo la policía.
«Este es un ataque cobarde, los culpables no quedarán impunes», dijo el primer ministro indio, Manmohan Singh. Hizo un llamado a la población a mantener la calma.
Las imágenes televisivas mostraban heridos cuando eran llevados a los hospitales cercanos. Las zonas fueron acordonadas por la policía.
El último gran atentado explosivo en la India fue uno en septiembre del 2011, frente al máximo tribunal de Nueva Delhi, en que murieron 13 personas.
Singh dijo que miembros de la Agencia Nacional de Investigaciones y comandos de la Guardia de Seguridad Nacional habían sido despachados de Nueva Delhi a Hyderabad, la capital del estado de Andhra Pradesh.
India ha estado en alerta desde que Mohamed Afzal Guru, un cachemir, fue ahorcado en una cárcel de Nueva Delhi hace casi dos semanas. Guru había sido declarado culpable de haber participado en un ataque al parlamento indio en el 2001, en el que 14 personas murieron, entre ellas cinco de los agresores.
Muchas personas en la zona india de Cachemira sospechan que Guru no recibió un juicio justo, y el extremo secreto que rodeó su ejecución ha suscitado molestia en la región.