Once años viviendo con Acuerdos de Paz


Pese a los Acuerdos de Paz, las organizaciones sociales se han quejado de que no se han cumplido, ni siquiera en sus puntos básicos. En la gráfica, una protesta de campesinos frente al Congreso.

A 11 años de concretarse el Acuerdo de Paz Firme y Duradera, el cumplimiento de los acuerdos emanados sigue siendo centro de polémica en diversos sectores.

Elmer Telon
etelon@lahora.com.gt

«Una sociedad diferente» es lo que en opinión de Gustavo Porras, signatario de los Acuerdos de Paz, se ha ido construyendo en los últimos 11 años. El fin de la violencia y persecución polí­tica, consolidación de la democracia y una apertura de la libre expresión del pensamiento son algunos de los ejemplos citados.

Según Porras, los acuerdos de tipo polí­tico se han cumplido, aunque aún quedan pendientes temas importantes como lo son la reforma fiscal y la modernización del Estado.

Raquel Zelaya, quien fue parte de la Comisión de acompañamiento de las negociaciones entre Gobierno y fuerzas insurgentes, estima que temas como derechos humanos, el gasto social, reconciliación, desarrollo social e intercultural, pacto fiscal, seguridad y justicia son algunos de los temas que siguen estando en la agenda

Esto es justificado, según Zelaya, ya que cualquier proyecto orientado a cambiar una sociedad, en este caso la guatemalteca, son procesos en marcha que requieren incluso un cambio generacional, en el cual se transforme los modelos de pensamiento y de actitud de la población, ejemplo de ello es el tema del racismo y la discriminación, elementos que no cambian por una ley, señala.

Ambos signatarios coinciden en un avance importante en la agenda planteada en los Acuerdos de Paz, opinión que no es compartida por el activista Orlando Blanco del Centro Internacional de Investigación en Derechos Humanos (CIIDH), quien sostiene que los avances reales son limitados.

El balance objetivo del resultado 11 años después de la suscripción del convenio arroja un saldo desfavorable en donde se evidencia un distanciamiento del cumplimiento de las razones de fondo que motivaron los acuerdos, afirma Blanco.

Prueba de ello, ejemplifica el analista, es el tema de Derechos Humanos, donde las fuerzas de seguridad han proseguido con su polí­tica de limpieza social y ejecuciones extrajudiciales, en donde se ha identificado la participación de agentes de la Policí­a Nacional Civil (PNC), lo cual ha ido debilitando la confianza en las instituciones de Estado, apunta.

El tema agrario sigue sin ser atendido, a esto se suma la poca eficacia de los proyectos de reconciliación, en donde «existe un programa de resarcimiento que no ha funcionado, en contraparte han acelerado el pago de los ex Patrulleros de Autodefensa Civil (ex PAC), mientras los casos iniciados por violación de derechos humanos contra militares no avanza en los tribunales» manifiesta el activista.

Otro de los puntos de rezago es el nivel de inversión social, el cual sigue siendo uno de los más bajos de la región, lo que sigue causando que Guatemala concentre los peores indicadores de calidad de vida del continente, superado sólo por Haití­. No se ha dado la reforma que fortalezca los partidos polí­ticos, ni se ha dado una reforma fiscal profunda que establezca una estructura equitativa en donde los que ganan más paguen más, agrega.

Tema fiscal

El tema tributario es uno de los enormes lastres que muestra el proceso, piensa Porras, en donde apenas se ha alcanzado un 12 por ciento del Producto Interno Bruto, lo cual impide dotar al Estado de los recursos económicos que estén acordes a las necesidades que demandan los problemas que vive la sociedad guatemalteca.

El académico afirma que esta es la clave para dar el empuje que se necesita, sumado a controlar la evasión fiscal de las empresas acogidas al régimen optativo del Impuesto Sobre la Renta, la cual permite vicios de declaración fiscal, por lo que debe ser atendido para financiar al Estado moderno que se desea.

Contribución de Colom

La llegada de ílvaro Colom puede darle un empuje importante al tema de los acuerdos, dado el conocimiento que el presidente electo posee al respecto. Colom dirigió el Fondo Nacional para la Paz (Fonapaz), lo que le permitió estar muy cerca del proceso, lo que podrí­a transformarse en un elemento importante para lograr avances, apunta Zelaya.

Blanco va un poco más allá proponiendo una actualización de las metas, fijando a su vez un nuevo cronograma, ya que los acuerdos aún son valederos, esto se puede lograr con la voluntad polí­tica de la nueva administración.

El tema agrario sigue sin ser atendido, a esto se suma la poca eficacia de los proyectos de reconciliación.

Otro de los puntos de rezago es el nivel de inversión social, el cual sigue siendo uno de los más bajos de la región.

PREPARATIVOS

A excepción de la ceremonia de conmemoración de años pasados, en esta ocasión no se contará con la asistencia del presidente de la República, í“scar Berger, quien se ha excusado de participar; el vicepresidente Eduardo Stein será el encargado de sustituirlo, en el acto participará también el vicepresidente electo Rafael Espada.

LAS ACTIVIDADES SE INICIARíN DESDE TEMPRANA HORA CON LA CELEBRACIí“N DE UN ACTO PROTOCOLARIO, A LO QUE SEGUIRí UN SERVICIO RELIGIOSO EN LA CATEDRAL METROPOLITANA. EL ACTO SOLEMNE SERí REALIZADO EN EL PALACIO NACIONAL DE LA CULTURA, DONDE SE ESPERA LA ASISTENCIA DE CUERPOS DIPLOMíTICOS E INVITADOS ESPECIALES. LAS ACTIVIDADES CERRARíN CON UN FESTIVAL DE LUCES EN HORAS DE LA TARDE-NOCHE.