“On the Road” ya es una película


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Desde Marlon Brando hasta Jean-Luc Godard y Brad Pitt trataron de llevar al cine la novela clásica de Jack Kerouac «En el camino» («On the Road»), pero fueron el director brasileño Walter Salles y el guionista puertorriqueño José Rivera quienes, 55 años después, lo lograron.

Por JAKE COYLE CANNES / Agencia AP

La espera no fue por falta de deseo: Kerouac quería apasionadamente ver su libro llevado al cine, e incluso llegó a escribirle una carta a Brando prometiéndole que transformaría los pasajes líricos de su libro en una «estructura estilo película».

La cinta «On the Road» debutó ayer en el Festival de Cine de Cannes, donde compite por el máximo honor del evento, la Palma de Oro. Se estrenó muy lejos de las carreteras estadounidenses recorridas por Sal Paradise y Dean Moriarty, los personajes inspirados en Kerouac y Neal Cassady, respectivamente.

«A menos que uno lo reviva releyéndolo, reimaginándolo, actuándolo, es algo muerto», dijo Viggo Mortensen, quien da vida al personaje de William S. Burroughs en el filme. «Uno tiene que releerlo para traerlo a la vida de nuevo».

Ha sido un largo camino para «On the Road». Aunque hubo interés en una adaptación de Hollywood tan pronto como se publicó, las varias negociaciones y guiones adaptados resultaron infructuosos. Francis Ford Coppola adquirió los derechos de la novela en 1979, pero tampoco logró su cometido.

Su hijo, el director Roman Coppola, es quien produjo «On the Road», que en los próximos meses llegará a varios países, con un estreno en Estados Unidos previsto para finales de año por IFC Films y Sundance Selects.

Salles se involucró con el proyecto mientras realizaba otra película de tema similar: «Diarios de Motocicleta» de 2004″, sobre un viaje por Suramérica que realizó el joven Ernesto «Che» Guevara. Rivera, el guionista, es el mismo escritor de «Diarios».

Ambos filmes, dijo Salles en una conferencia de prensa el miércoles, hablan de «un despertar social y político».

«Es sobre la búsqueda de esa última frontera que nunca encontrarán», dijo el realizador. «También es el descubrimiento de que este es el final del camino y el final del sueño americano».

Gran parte del problema de adaptar «On the Road» fue una narrativa llena de divagaciones en la que Paradise (interpretado por Sam Riley) y Moriarty realizan una serie de viajes en auto en la Estados Unidos de postguerra, donde su estilo intelectual y bohemio (y copiosa cantidad de cigarrillos, alcohol y marihuana) a veces choca con una sociedad más conservadora. Hay muchas mujeres en el camino, interpretadas por Kristen Stewart, Kirsten Dunst, Elisabeth Moss y Alice Braga.

«On the Road» entiende la camaradería apasionada y carnal del grupo, pero no logra del todo capturar el ritmo del libro de Kerouac, fabulosamente escrito en tres semanas en un largo rollo de papel.

Kerouac escribe: «La única gente para mí es la loca, aquella que está loca por vivir, loca por hablar, loca por ser rescatada, deseosa de todo al mismo tiempo, aquella que jamás bosteza o dice un lugar común, sino arde, arde, arde como fabulosas velas amarillas romanas».

«Esos personajes en el libro tuvieron la valentía de experimentarlo todo en carne propia», dijo Salles.

Pero para revivir los primeros días de la Generación Beat (Tom Sturridge hace de Allen Ginsberg), Salles hizo todo lo que pudo en busca de realismo. Pasó cinco años realizando un documental inédito sobre el libro y dice que en total la realización del filme cubrió casi 100.000 kilómetros (más de 62.000 millas).

Descendientes de personas que inspiraron los personajes del libro también fueron consultados y Salles organizó un «campamento de entrenamiento de reclutas» de cuatro semanas para el elenco antes de comenzar a filmar en Montreal para que se sumergieran en la historia. Stewart, quien hace el papel de la novia de Moriarty, Marylou, dice que escuchó grabaciones de audio de Luanne Henderson, la inspiración de su personaje, y que se reunió con la hija de ésta.

Todavía está por verse si filme atraerá al público de hoy. Mortensen sugirió que la historia tiene una resonancia contemporánea particular en una época en la que los jóvenes protestan por el colapso de la economía y la Primavera Árabe.

«Creo que la espera valió la pena», expresó el actor.