OMC reabren los debates


Un policí­a custodia las calles de Ginebra, donde se realiza la sesión ministerial de la OMC. FOTO LA HORA: AFP FABRICE COFFRINI

Ministros de más de cien paí­ses continuaban hoy en Ginebra sus debates en el marco de la gran reunión de la OMC, con un análisis del funcionamiento de la organización, incluyendo la controvertida Ronda de Doha, que enfrenta a los paí­ses emergentes con Estados Unidos.


El papel de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la necesidad de priorizar la dimensión de desarrollo y contrarrestar los efectos negativos de la crisis económica, litigios como la guerra del banano: los discursos en la sesión matutina de séptima ministerial de la OMC pasaron revista a las principales preocupaciones de muchos paí­ses miembros.

Sin embargo, la Ronda de Doha de liberalización del comercio mundial, lanzada en 2001 con la pretensión de concluirla en 2005, sigue siendo el tema clave, especialmente teniendo en cuenta la intención de buscar un acuerdo en 2010, que cierre tantos años de infructuosas negociaciones.

El lunes, en la apertura de la ministerial, el representante estadounidense de Comercio, Ron Kirk, pronunció un esperado discurso en el que afirmó que su paí­s está listo para la «fase final» de Doha de cara a su conclusión el año próximo, aunque volvió a exigir a cambio una mayor apertura de los paí­ses emergentes, como Brasil.

Las potencias emergentes, sobre todo, y los paí­ses en desarrollo insisten en la necesidad de un compromiso de Estados Unidos como único modo de cerrar con éxito Doha.

La conclusión de la Ronda podrí­a aportar hasta 700.000 millones de dólares a la economí­a global, que se debate por salir de la crisis, gracias al levantamiento de las barreras arancelarias de miles de productos y el fin a las subvenciones agrí­colas de Europa y Estados Unidos.

El discurso norteamericano aportó buenas intenciones, aunque siguen faltando avances concretos.

«Creo que el representante norteamericano hizo un discurso constructivo, en el sentido de que la solución la tenemos todos, aunque también todos sabemos que algunos tienen mas soluciones que otros», señaló en declaraciones a la AFP el subsecretario de Relaciones Exteriores de Uruguay, Nelson Fernández Bracco.

Otras fuentes diplomáticas latinoamericanas fueron más duras e indicaron que el discurso de Estados Unidos «fue el esperado», en cuanto a que la posición norteamericana «no es la buena».

El canciller brasileño, Celso Amorim, respondió de forma indirecta a la exigencia norteamericana de mayor apertura, señalando que «no es razonable» pedir más esfuerzos al mundo en desarrollo para la conclusión de Doha.

Para el director general de la OMC, Pascal Lamy, se requiere una «acción concreta» si se pretende cumplir con los plazos y cerrar la Ronda fines de 2010.

Pero si Doha parece opacar cualquier otro debate, el ministro de Comercio de Colombia, Guillermo Plata, se preguntó el martes si la OMC estaba preparada para enfrentar las turbulencias actuales de la economí­a, en particular el rebrote del proteccionismo que se observa en algunos paí­ses.

«La crisis económica ha llevado a varios miembros a adoptar medidas que afectan la competitividad. La OMC debe continuar siendo una plataforma para resistir las presiones proteccionistas», dijo Plata.

Otro tema que se trató en la sesión, en la cual cada paí­s tiene tres minutos para dirigirse a los otros, fue el litigio del banano, para el cual la Unión Europea (UE) y los exportadores latinoamericanos llegaron a un principio de acuerdo en cuanto a la reducción de los aranceles de importación comunitarios, que sin embargo es rechazado por los paí­ses ACP (Africa, Caribe y Pací­fico).

«Los paí­ses ACP concernidos por esta cuestión tienen la impresión de no ser escuchados y se plantean todo tipo de preguntas», dijo el ministro camerunés de Comercio, Luc Mbarga, reiterando la «disponibilidad» de este grupo de ex colonias europeas para llegar un acuerdo «consensual» y «equilibrado».